La Guardia Civil desalojó ayer a 60 bañistas que se habían colado en la playa de Tauro, en Mogán, que se encuentra en estos momentos vallada por motivos de seguridad por las obras que se llevan a cabo por parte del Grupo Anfi para sustituir los callaos por arena rubia y construir un paseo marítimo, dentro de un proyecto más amplio para su urbanización turística.

La renovada imagen que presenta la playa de Tauro se ha convertido en un objeto de deseo para los veraneantes, sobre todo en estas semanas con una costa masificada, especialmente los fines de semana. Sin embargo, las obras que lleva a cabo Santana Cazorla siguen en ejecución, con máquinas pesadas en su interior y una arena a medio colocar, por lo cual en el perímetro permanecen las señales informativas que advierten del peligro y de las restricciones para acceder, que solo será posible con las medidas obligatorias de seguridad para una obra. Todo esto, con el fin de minimizar el riesgo de accidente, cuya responsabilidad recaería sobre el constructor.

Pese a todo, según un usuario, en momentos puntuales era posible darse un chapuzón, sobre todo para algunas personas que también disfrutaban del servicio de una pequeña cantina, ya que también es un rincón de la costa turística con fieles de muchos años.

Hasta ayer, cuando se vieron sorprendidos por la presencia de los agentes y de una patrullera. Según la Guardia Civil, la situación se desbordó y el vigilante privado de seguridad tuvo que solicitar la colaboración de los policías, al verse desbordado por la acumulación de personas que habían entrado sin permiso, saltándose la valla de seguridad. Al llegar al lugar, los agentes comenzaron a desalojar a unas 60 personas que estaban en el interior. Una actuación, según los funcionarios, que se produjo sin incidencias. Además, puntualiza un portavoz, la situación no contempla medidas disciplinarias.

Un bañista apuntaba ayer también que en general no hubo problemas, aunque sí cierto nerviosismo en algún momento.

La obra contempla el vertido de 70.000 toneladas de arena procedente del Sahara, que han permitido cubrir un metro de altura de arena rubia en sustitución de las rocas. El proyecto de la playa empezó a tramitarse hace doce años, para desarrollar la oferta alojativa de Anfi Tauro, que prevé 7.500 camas, un muelle deportivo de 322 atraques y un paseo marítimo hasta la playa del Cura. Tauro también ha estado envuelto en los últimos días en la polémica por los permisos para la materialización de la nueva playa.