La solidaridad de los palmeros ha quedado demostrada a lo largo de estos intensos y duros días de incendio. Especialmente desde el pasado viernes, cuando numerosos vecinos tuvieron la idea de colocar pancartas mostrando su agradecimiento a los pilotos que participan en las labores de extinción de un fuego que ha acabado con un 10% de la superficie forestal de la Isla. Las sábanas, distribuidas en las azoteas, se han convertido en el mejor sistema para comunicarse con los héroes alados de La Palma.

Entre esos palmeros agradecidos están Wolfgang y Emma Kleinschnitz, vecinos de Jedey, en el municipio de El Paso. Padre e hija decidieron colocar una pancarta con el siguiente texto: "Gracias por salvar La Palma" en lo alto de un garaje. Emma, que aunque nació en Alemania vino a la Isla Bonita con apenas tres meses, fue la que tuvo la idea. Sus padres llevan 30 años en Canarias y son los propietarios de la Pizzería Evangelina, que se ha hecho famosa al aparecer en una de las primera fotografías que mostraban los cerca que se encontraban las llamas de las zonas habitadas.

"Me gustaría darles un abrazo a todos los pilotos por el trabajo que han hecho. Ellos salvaron nuestra vivienda. Yo había visto a través de internet que mucha gente se estaba haciendo eco de esta idea. Reconozco que se me había ocurrido, pero sentía algo de vergüenza".

Su padre, Wolfgang, habló del momento en el que el fuego entró justo por el antiguo Camino Real. "Ya estaba todo apagado y tranquilo cuando de repente el fuego comenzó a avivarse en el mismo sitio donde comenzó el primer conato. Es un poco duro, ya que llamamos a los bomberos y tardaron casi una hora en llegar. Sin embargo, cuando vieron el alcance de las llamas diez camiones y dos helicópteros estuvieron trabajando delante de mi casa". Emma, que vivió de cerca las descargas del helicóptero que salvó su casa, solo tiene palabras de agradecimiento para sus tripulantes.

Mientras, otro de los muchos voluntarios que llevan colaborando en las tareas de extinción del incendio durante estas duras jornadas es el garafiano Jorge Felipe Pérez Pérez , de 40 años y conocido entre sus amigos como el chancla. En la actualidad reside en Breña Baja y ha puesto a disposición de las autoridades su camión con un aljibe de 10.000 litros de agua que conduce allá donde hagan falta sus servicios. "Anoche descansé un par de horas, luego me eché un baño y volví al tajo. Ahora el fuego está en Monte de Luna, en Mazo, y sigo pendiente de que mis servicios sean requeridos. Me he movido desde Las Manchas hasta El Paso, pasando por Fuencaliente. ¿Por qué hago esto? Fundamentalmente por solidaridad, ya que no pagan nada, aunque espero que cuando todo esto acabe por lo menos el combustible del camión me lo repongan", detalló.