Algo más de un día después, los efectos del terremoto que devastó el centro de Italia siguen marcando la rutina de un pueblo que tardará en reponerse a la tragedia que se ha cobrado al menos 250 vidas. No importa que estén a cientos de kilómetros de la zona más afectada en la que ayer todavía continuaban las labores de rescate, los italianos han querido mostrar su apoyo y respeto a todos aquellos que se han convertido en víctimas de la furia de la naturaleza. Así lo han percibido algunos de los canarios que se encuentran en el país estos días.

El viaje por el norte de Italia de la fotógrafa Raquel Zenker termina justo hoy. Llegó a la región transalpina el pasado 23 de agosto y el seísmo, concretamente, le pilló durante su estancia en Venecia. Allí no sintió ningún tipo de temblor, si bien fue a las seis de la mañana cuando se enteró de lo ocurrido al leer un Whatsapp que le había enviado un amigo. "La verdad es que nosotros no teníamos ni idea, pero antes de salir a recorrer la ciudad ya había seis muertos". Fue a la vuelta de su día de turismo, cuando al volver a estar conectados en su alojamiento cuando supieron de la envergadura de los acontecimientos que, además, se tradujo en la preocupación de familiares y resto de amistades.

"La sensación que se tiene es extraña, porque no es lo mismo estar pegado a las noticias que estar un poco bajo la ignorancia al estar de turismo", explica Zenker, quien quiso manifestar toda su solidaridad y apoyo a los afectados por el temblor que alcanzó los magnitud 6,2 en la Escala Richter. No obstante, su estancia en Venecia le ha permitido ser testigo de algunos gestos que los compatriotas de las víctimas han tenido. Y es que según cuenta, las banderas ondeaban a media asta y en alguna que otra tienda pequeña se podían observar carteles que ella apenas alcanzó a entender, confiesa apenas unas horas antes de finalizar su periplo italiano.

Además de estos gestos de respeto, el país se ha volcado en lo que a ayuda humanitaria se refiere. Según cuenta Guillermo Domínguez desde Milán, se están llevando a cabo numerosas campaña de recogida de materiales y, sobre todo, alimentos con el objetivo de trasladárselo a los damnificados. Conocido entre los suyos como Will, el joven, que es natural de Las Palmas de Gran Canarias y lleva casi ocho meses en la ciudad trabajando como escaparatista y merchandiser, tampoco sintió nada la pasada madrugada del miércoles cuando el temblor destruyó en apenas segundos varias localidades del centro de Italia. "En verano Milán está un poco desierta porque la mayoría de sus habitantes son de fuera y regresan a sus casas por estas fechas, así que puede que el terremoto haya afectado a más gente de lo normal ya que muchas de las personas son de los pueblos".

Por suerte, ningún ser querido de Oscar Tafuri vive en alguna de las localidades que han quedado devastadas. El peluquero italiano de 42 años llegó a principios de año a la capital grancanaria donde montó su negocio, El Estudio Peluquería. "Soy de Torino (Turín), que está al norte de Italia y, por lo tanto, allí no han sentido nada y ninguno de mis familiares se ha visto afectado por el terremoto", comenta quien desde que se enteró de la noticia ha ido haciendo un seguimiento exhaustivo de las novedades al respecto. "Es verdaderamente triste porque esta región ya sufrió hace pocos años otro temblor fuerte y murieron muchas personas", apunta mientras coge su tableta para buscar algunas de las noticias que más le han impactado. "Mira, aquí dice que se va a abrir una investigación porque la escuela y la iglesia que se reconstruyeron después del anterior terremoto con fondos europeos han vuelto a caer", comenta con la indignación propia de no entender "por qué no se han hecho bien las cosas", algo que él achaca a la "mala política" de su país.