El paso de las horas confirma los peores presagios. El trágico balance del letal terremoto que asoló el pasado miércoles varias localidades del centro de Italia subió ayer hasta los 250 fallecidos, entre ellos muchos niños, y los equipos de emergencia no descartan que se encuentren más cadáveres bajo las montañas de escombros en que se han convertido las localidades más afectadas por un devastador seísmo que alcanzó los 6,2 grados en la escala Richter. Un nuevo temblor, de 4,3 grados, generó a primera hora de la tarde de ayer más derrumbes de edificios y desató el pánico entre los pocos vecinos que se han quedado en la "zona cero".

En total, hay más de 350 heridos, y según confirmó el Instituto Italiano de Geofísica, se registraron unas 640 réplicas tras un terremoto que destruyó pueblos enteros de la cordillera de los Apeninos.

La localidad más afectada es Amatrice, donde se llevan contabilizados 193 fallecidos. Los equipos de emergencia siguen excavando sin descanso y a contrarreloj a la búsqueda de supervivientes, aunque ayer lo único que se sacó de entre los escombros fueron cadáveres. Las autoridades estiman que hay un plazo de entre tres o cuatro días para poder rescatar a los desaparecidos que sigan con vida.

Según su alcalde, Sergio Pirozzi, Amatrice tiene normalmente una población de dos mil habitantes, pero en el momento del gran terremoto podrían encontrarse unas 40.000 personas en el municipio, ya que es uno de los principales centros turísticos de la región. El núcleo histórico de la localidad desapareció casi por completo y se perdieron monumentos muy importantes, como una torre cívica levantada en el siglo XV o parte de la iglesia gótica de San Agustín. En total, en la zona afectada por el seísmo están destruidos o dañados 293 edificios de alto valor cultural.

Un total de 5.400 personas de diferentes cuerpos de seguridad y asistencia civil se están encargando de excavar entre los escombros y de atender a los damnificados. Según los datos de Protección Civil, están movilizados sobre el terreno 1.000 policías, 1.060 bomberos, 400 militares y unos 3.000 voluntarios de diferentes asociaciones y organizaciones, como la Cruz Roja o el Cuerpo Forestal.

La Fiscalía de Rieti abrió ayer una investigación preliminar por un presunto "desastre doloso" tras constatar daños en edificios que fueron reestructurados recientemente, como, por ejemplo, la escuela de Amatrice, y que deberían de contar con medidas de protección ante seísmos.

Ayudas

El Gobierno italiano decretó ayer el estado de emergencia por el terremoto que afectó el miércoles al centro del país y aprobó un primer paquete de ayudas por valor de 50 millones de euros, anunció el primer ministro, Matteo Renzi.

El jefe del Ejecutivo declaró a la prensa tras la reunión del Consejo de Ministros su "profunda emoción" por el impacto del seísmo en varias localidades. "Tenemos que pensar en la reconstrucción, tenemos una obligación moral con las mujeres y hombres de esa comunidad", manifestó Renzi a propósito del siniestro y agregó que esta tarea de devolver la normalidad a las localidades afectadas por el seísmo será una "prioridad del Gobierno y del país".

El primer ministro, líder del Partido Demócrata (PD), aprovechó la intervención ante la prensa para defender su visión de lo que denominó casa Italia, un concepto que vinculó a la "cultura de la prevención" para evitar las consecuencias de desastres como el que acaba de acaecer. Renzi incluyó también en ese concepto la vigilancia del estado de las infraestructuras.