Fulvio y Olivia son dos ciudadanos italianos que estos días están sufriendo el horror y las consecuencias del terremoto que ha asolado la zona central de Italia, y más concretamente las localidades de Amatrice y Accumoli, en la provincia de Rieti, en la región de Lacio. Este matrimonio está muy relacionado con Canarias toda vez que eran amigos del sacerdote lanzaroteño, fallecido el pasado mes de enero en Gran Canaria, Policarpo Delgado Perdomo, Poli.

Tanto Fulvio como Olivia han expresado su dolor y su impotencia por todo lo que está sucediendo en la mencionada región italiana,sacudida por un seismo de 6,2 grados en la escala Richter y que como se sabe ha devastado varios pueblos enteros del centro de Italia, situados bajo la cordillera de los Apeninos. Resulta que en los últimos años y por esta época nuestro amigo Poli acostumbraba pasar parte de su descanso estival, de modo concreto la segunda quincena de agosto, en la casa de Fulvio y Olivia, compartiendo en comunidad sus vivencias del mundo focolar entre la zona de Umbría y Roma, tras acudir asimismo a encuentros que este movimiento, fundado por Chiara Lubich, organizaba en Suiza o en otras capitales europeas,o en las Mariapólis que suelen celebrarse en distintas capitales españolas.

Haría

Horas después del seísmo, Olivia se ponía en contacto con los familiares de Poli, en Yé, localidad lanzaroteña del municipio de Haría, para informarles que se encontraban bien: "Estamos todos bien. El terremoto fue lo suficientemente fuerte, y sobre todo, que duró mucho tiempo: 140 interminables segundos... El epicentro se situó a solo 46 kilómetros de nosotros. Esperemos que pronto la tierra deje de temblar.Gracias por sus oraciones. Oramos por todas las familias que han tenido duelo. Olivia y Fulvio". A través de los numerosos contactos habidos en los últimos días con Manolo Delgado Perdomo, hermano de Poli, han confesado que se encuentran muy mal tras el terremoto.

Han pasado mucho miedo por las repetidas réplicas que se dejan sentir en aquella región de la Italia central. De haber vivido Poli, en estos momentos hubiera estado sufriendo las tristes consecuencias del devastador seísmo. Fulvio es un economista que trabaja en el Vaticano con el que Policarpo Delgado entabló una profunda amistad gracias a sus estancias en Roma y en base a sus experiencias en el Movimiento Focolar. El mes de agosto de cada año, Poli compartía su descanso estival entre su familia en Yé y sus amigos de esta zona italiana, con los que pasaba varias semanas antes de regresar a Gran Canaria e integrarse de lleno a sus responsabilidades pastorales, tanto en su parroquia de Nuestra Señora de la Vega, en el barrio de San José, como en los preparativos del curso académico en la Escuela de Formación Socio Política a través de la Delegación de Apostolado Seglar, a la que estaba totalmente entregado.

Sus amigos italianos que ahora lo están pasando muy mal, se acuerdan de los acontecimientos vividos por la familia de Poli el pasado mes de enero tras el infarto de miocardio que días después le provocaría su muerte.

Tanto Fulvio como Olivia y el resto de sus amigos en aquella zona de los Apeninos, vivieron impactados por todo lo que se escribió tras el fallecimiento de Policarpo en los periódicos canarios y en las redes sociales a nivel nacional. "Le tenían mucho cariño" nos confesó un familiar de Poli, ya que con su sencillez y su cercanía al tiempo que con su preparación intelectual, les guiaba en lo espiritual en sus vidas. En los años que Poli realizó el Doctorado en Roma celebraba en los fines de semana la Eucaristía en distintas parroquias de la Umbría y en otras de las afueras de la capital romana.

En una palabra, que tras el terremoto de Amatrice y Accumoli, localidades distantes unos 50 kilómetros de L'Aquila, se ha profundizado una amistad entre Canarias y esa región italiana, por mor del recuerdo que dejó en aquellas familias un sacerdote canario, natural de una pequeña población al norte de la isla de Lanzarore,Yé.

El miedo y el sufrimiento de unas familias italianas ha sido vivido por unos lanzaroteños a través de la amistad y la huella que dejó en vida un sacerdote ejemplar como fue en vida Policarpo Delgado.

Mas que nunca estos días aquellos italianos de la Umbría y Roma han sentido la ausencia de un cura canario con el que habían sintonizado siempres y desde el primer momento.