Un polideportivo municipal situado en las inmediaciones del Hospital Mazzoni de Ascoli Piceno, localidad de la región de Las Marcas, sirvió ayer como improvisado escenario para celebrar el primero de los funerales de Estado por las víctimas del terremoto que en la madrugada del pasado 24 de agosto asoló el centro de Italia, una ceremonia multitudinaria a la que asistieron familiares, amigos y autoridades, entre las que se encontraba el presidente de la República, Sergio Mattarella, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi.

En el interior del polideportivo, los familiares de las víctimas siguieron la misa en las primeras filas junto a los féretros con los cuerpos de 35 de los 291 fallecidos por el seísmo, mientras otros prefirieron permanecer sentados en el suelo abrazados a los ataúdes. Hasta las instalaciones deportivas también se acercaron miles de personas de Ascoli Piceno y de otras localidades próximas para mostrar su solidaridad y su afecto a las familias. Una de ellas, que había perdido a una allegada en el seísmo, recordaba con lágrimas en los ojos a su amiga: "Tenía 37 años y un bebé de 18 meses", que también falleció como consecuencia del seísmo de magnitud 6 en la escala de Richter.

El funeral de Estado, presidido por el obispo de Ascoli Piceno, Giovanni D'Ercole, contó con la presencia de algunos de los miembros de los equipos de rescate y asistencia a los damnificados. Los féretros de las víctimas de más corta edad llegaron al polideportivo italiano flanqueados por un grupo de "scouts" mientras los familiares más próximos se abarazaban a las fotografías de sus pequeños. D'Ercole pronunció uno a uno los nombres de 35 de los fallecidos por quienes se organizó esta ceremonia religiosa, en la que pudo verse en varias ocasiones la emoción en los rostros tanto de Renzi como de su esposa, Agnese Landini.

"Juntos, a reconstruir"

El obispo, en su homilía, aseguró que los campanarios de las localidades golpeadas por el terremoto "se han caído, no suenan más", pero, aseguró, "volverán a tocar, recuperarán el sonido de la mañana de la Pascua", subrayó. "No tengáis miedo de gritar vuestro sufrimiento pero no perdáis el valor. Juntos reconstruiremos nuestras casas e iglesias".

El número oficial provisional de muertos por el terremoto que asoló el miércoles el centro de Italia asciende ya a 291, según el último recuento divulgado por Protección Civil. Esta actualización recoge el fallecimiento de un hombre que había sido hospitalizado en Perugia (región de Umbría, centro de Italia) y que procedía de la localidad de Arquata, una de las más afectadas por el seísmo.

De acuerdo con los datos que constan hasta ahora, 230 personas murieron en Amatrice, 11 en Accumoli y 50 en Arquata (incluido en este caso el fallecimiento en el hospital).

La actualización de la cifra de víctimas se conoció después del funeral, un acto en los que el primer ministro italiano, Matteo Renzi, se comprometió con las familias de las víctimas a trabajar para garantizar el acceso a la escuela de los niños golpeados por la tragedia y también en la reconstrucción los pueblos que han sufrido daños.