Un hombre de 55 años falleció ayer domingo al caer por un barranco mientras practicaba el salto del pastor, en el Parque Rural de Anaga, en el municipio de Santa Cruz de Tenerife, como informó el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes)-112.

El trágico suceso ocurrió pasados unos minutos de las dos de la tarde en el Barranco de Chamorga. Tras recibir la llamada de alerta, el Cecoes-112 activó u helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) del Gobierno de Canarias, así como una ambulancia medicalizada del Servicio de Urgencias Canario (SUC); y agentes de la Policía Nacional.

La aeronave se desplazó al lugar señalado por las otras personas que estaban donde ocurrió el accidente y realizó las maniobras para recuperar al accidentado, al trasladó hasta el Aeropuerto Tenerife Norte. Allí, estaba la ambulancia del SUC, cuyo personal médico sólo pudo certificar su fallecimiento por la gravedad de las heridas sufridas por la precipitación al barranco. Los policías se hicieron cargo del cuerpo sin vida, hasta la llegada de la autoridad judicial. Al parecer, según fuentes consultadas, este suceso ocurrió porque el saltador resbaló con el garrote cuando se iba a disponer a saltar.

Antecedentes

Esta práctica tradicional de los pastores, ahora ya deportivo, implica su riesgo de lesiones en tobillos o muñecas, o consecuencias peores. El periodista especialista en etnografía canaria y deportes autóctonos canarios, José Alberto Hernández, recordó que "hace unos diez años falleció en Cofete [Pájara] un pastor marroquí, que se llamaba Salama, cuando estaban con ganado y se riscó cuando hizo el salto". "El salto del pastor tiene un alto riesgo, como todo. Es hasta cierto punto peligroso. Hay que saber frenar, y actuar bien con la mano guía y la mano de frenada. Hay que tener mucho cuidado con el terremo, de cómo está. Si está muy seco el suelo, el regatón -la punta de hierro del garrote- resbala con mucho más facilidad", agregó Hernández.