Lo que era una tarde de diversión, juegos y risas entre decenas de niños y de adultos en las terrazas y delante de un centro comercial se convirtió en una situación de disgusto, de contrariedad y de llanto.

Una niña de tres años fue atropellada en torno a las 19.15 horas de ayer en la avenida Pintor Juan Guillermo, en el barrio de La Minilla, en Las Palmas de Gran Canaria. La menor, como señalaron varios testigos, era la rezagada del grupo de niños que cruzaba la calle, a unos diez metros del paso de peatones. Un conductor de unos 25 años acababa de parar en el paso de cebra, según varios testimonios, y poco después continuó circulando sin ver a la niña. El grupo se acercaba al futbolista de la Unión Deportiva Las Palmas Jonathan Viera para conseguir autógrafos o para hacerse fotos con él.

Tras las numerosas llamadas de alerta al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes)-112, dos ambulancias del Servicio de Urgencias Canario (SUC), una medicalizada y otra de soporte vital básico, acudieron a la citada avenida, así como unidades de las policías Local y Nacional y agentes de Atestados de la Local.

Varias personas acudieron inmediatamente después de ocurrir el accidente de tráfico para atender a la pequeña. Entre ellas, estaba una médico que se encontraba con su familia en una de las terrazas, donde se celebraban varios cumpleaños. El personal médico y sanitario asistió a la herida, que presentaba varios traumatismos de carácter grave, entre ellos en la cabeza. Tras quedar estabilizada, la menor fue trasladada en una ambulancia al Hospital Materno Infantil. Varios motoristas de la Policía Local escoltaron a la ambulancia. En la avenida y en las calles colindantes se produjo un atasco y una gran cola de vehículos.

El joven conductor del Ford Focus que atropelló a la niña estaba media hora después, junto al ve- hículo de Atestados, con las manos en la cabeza o en la cintura, con muestras en el rostro de abatimiento. Entró varias veces al vehículo policial, hizo su declaración a los agentes y luego les acompañó al lugar del accidente para explicar cómo sucedió y dónde estaban los menores, entre otros detalles.

Quien estaba también serio era el jugador de la UD Las Palmas, Jonathan Viera, quien durante más de media hora se encontraba en la acera, junto a su coche, en el mismo sitio donde estaba cuando decenas de niños y adultos se acercaban a él.

"Me siento muy mal por todo lo que ha ocurrido hoy, este accidente", aseguró a este periódico el futbolista, quien no quería de dejar de atender a quienes se acercaban para solicitarle un autógrafo o para hacerle una fotografía.

Entre ellos, un niño de nueve años pidió permiso a Viera para fotografiarse con él. Cuanto estaba agarrado por el hombro, el pequeño aficionado comenzó a llorar, muy probablemente por haber sido testigo de lo que había sucedido unos cuarenta minutos antes. El de La Feria tuvo que consolarlo hasta que se reanimó el niño.

"Mi hijo estaba en el grupo al que se sumó aquella niña. Llegó de los primeros a Viera. Logró una firma suya en la playera y volvía muy contento hacia nosotros, cuando sucedió el atropello", explicó el padre de Felipe, un niño de diez años que disfrutaba en un cumpleaños.