La Policía Nacional detuvo en Zaragoza a un ciberdepredador sexual, en terminología policial, que engañó supuestamente a al menos 103 niñas menores edad, de entre 10 y 14 años, para que le enviaran imágenes de contenido sexual haciéndose pasar por una adolescente bisexual en varias redes sociales.

La investigación contra este adulto comenzó en el mes de abril de 2015 a partir de la denuncia que fue presentada en una localidad de la isla de Tenerife por la madre de una de las niñas menores.

No fue la primera vez. El sospechoso, de 33 años de edad, ya fue detenido hace un año por los mismos delitos. Sin embargo, el juez de guardia, del juzgado de Instrucción número 4 de Zaragoza, le dejó en "libertad con cargos". Se trata de un hombre que trabaja como bedel de una parroquia de la capital aragonesa, donde fue su detención y el registro en su domicilio.

Al detenido, según la Policía Nacional, se le considera presunto autor de delitos de corrupción de menores, descubrimiento y revelación de secretos y producción de pornografía infantil.

El arrestado se valía de perfiles falsos en las redes sociales más populares entre los adolescentes para captar a sus víctimas. Se hacía pasar por una chica adolescente y bisexual, y convencía a las a las menores para que le enviasen fotografías y vídeos de carácter sexual a cambio de pequeñas recargas de saldo para sus teléfonos, dinero en efectivo o terminales telefónicos.

Para ello, supuestamente seguía el patrón típico de conducta propio de este tipo de delincuentes sexuales: se ganaba la confianza de las niñas y les proponía el envío de fotografías en ropa interior para continuar con peticiones de desnudo e incluso la realización de actos sexuales.

Además, el arrestado tenía una gran habilidad y capacidad de manipulación psicológica para lograr que aquellas más vulnerables accedieran a todas sus pretensiones.

Llegó, incluso, a comprar fotos a menores para enseñarlas a las niñas que se mostraban reticentes a hacer lo que les pedía con el fin de demostrarles que ella era una chica como ellas venciendo así su resistencia. Además, utilizó datos de menores para contactar con ellas obtenidos, según la Policía, con ocasión de su desempeño laboral como bedel en la parroquia. "Tuvimos que detenerlo de nuevo, pese a que su causa y el proceso de instrucción sigue abierto a la espera de juicio, él seguía actuando", aseguran los investigadores de la Unidad de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional Zaragoza, responsable de una investigación de más de un año y de este segundo caso.

Canarias

La madre, que presentó la denuncia en 2015, la presentó cuando descubrió que su hija había sido engañada por el usuario de un perfil de una red social para que le enviase fotografías de carácter íntimo a cambio de recargas de saldo para su teléfono móvil.

Durante el registro, el sospechoso, franqueado por dos policías ante su ordenador y sus dispositivos, comenzó a lamentarse y a decir que "estaba yendo a un especialista para recibir un tratamiento psicológico", ante la amarga mirada de su madre.

Con todos los datos, pudieron detenerle e incautar abundante material informático -120.000 imágenes, 800 vídeos y más de 6.000 números de teléfono-, que fue analizado durante un año en una segunda fase de la investigación y que permitió identificar a las más de cien víctimas de los engaños del investigado. Por todo ello, fue de nuevo detenido por la comisión de delitos de descubrimiento y revelación de secretos, corrupción de menores y producción de pornografía infantil.

Las investigaciones han sido desarrolladas por agentes del Grupo I de Delitos Tecnológicos de la Brigada Regional de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, en colaboración con el Grupo de Delitos Tecnológicos de Santa Cruz de Tenerife.

Será el juez del juzgado de Instrucción número 6, que instruye esta causa, el que dirima si debe entrar o no a prisión y por un delito de "corrupción de menores", "distribución" y "producción" de pornografía infantil, como le imputan los agentes, "por el hecho de que incitaba a las niñas a que le facilitaran esas imágenes íntimas". Lo que no hacía era venderlas ni nada por el estilo, "eran para consumo propio, digamos", cuentan fuentes de la investigación. El detenido se enfrenta hasta a cuatro años de prisión.

Por otro lado, el Cuerpo Nacional de Policía aconseja a los padres que asistan a sus hijos menores en su navegación por internet, que les tutelen como lo hace en cualquier otra actividad cotidiana.

"Háblele de los peligros del chat, donde se pueden confundir al chatear con supuestos amigos que no resultan tales, prestando especial atención a los contenidos sexuales", aconseja la Policía Nacional, que incide en recomendar a los padres que "no les permita que envíen fotos suyas o de su familia, ni cualquier información sobre ellos, sin su autorización.