La Guardia Civil arrestó, dentro de esta operación denominada Isleta, a una mujer identificada con las iniciales V. M. S. S., por ser la presunta cómplice de un delito de homicidio, al sospecharse que ayudó a la arrestada en Asturias por supuestamente matar a su pareja en Gran Canaria y arrojar su cadáver al mar en el barrio de La Isleta. El cadáver fue descubierto días después en avanzado estado de descomposición en la playa de Los Nidillos.

Según la investigación llevada a cabo, ambas mujeres introdujeron el cadáver en un bidón de plástico, lo cerraron con cinta de embalar y lo arrojaron al mar en la zona de El Confital el pasado día 12 de mayo, un día antes de que fuera hallado en Los Nidillos, como informó ayer la Comandancia de Las Palmas del instituto armado.

Los agentes continúan con la investigación sobre las causas que rodean la muerte de esa persona, es decir, averiguar por qué ocurrió, a la espera del resultado de los análisis toxicológicos del Instituto de Medicina Legal. Esta segunda detenida pasó ayer a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Telde, que dirige ahora la operación.

Este caso fue bastante complicado para los investigadores, a partir del hallazgo en el mar de un cadáver en avanzado estado de descomposición, sin poder prácticamente conseguir su identificación y sin ninguna denuncia de desaparición que le pudiera corresponder e identificar. En la recuperación del cadáver participaron Bomberos Municipales, del parque del Puerto, y agentes del Grupo de Especialistas de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Benemérita.

Agentes de la Guardia Civil de la Comandancia de Las Palmas, en colaboración con la Comandancia de Gijón, detuvieron el día 13 de septiembre en la localidad asturiana de Corvera a la mujer de 33 años, identificada como Sira María Quevedo Núñez, por cometer el supuesto homicidio de su pareja sentimental, además de los delitos de robo con fuerza y estafa. La arrestada reconoció los hechos. Había marchado a Madrid, primero, y a Asturias después, tras haber utilizado las tarjetas y cuentas bancarias del fallecido, así como su teléfono y había vendido su coche.

Tras este primer arresto los agentes continuaron con las pesquisas, partiendo de la idea de que la autora del homicidio contaría con la ayuda de otra persona para deshacerse del cadáver. La investigación se centró en las amistades de Sira María Quevedo, comprobando que ella solicitó a una amiga la ayuda para realizarlo.