El autor del atropello mortal ocurrido en la zona de Las Perreras, en la capital grancanaria, no había bebido alcohol horas antes del accidente, ocurrido en torno a la 1.00 horas de la madrugada del domingo. Esto es lo que sostiene al menos un testigo, el camarero que sirvió la cena al conductor, chófer de una funeraria, quien paró en un bar durante sus horas de trabajo para reponer fuerzas con un bocadillo y una coca-cola.

Esta es una de las primeras conclusiones a la que ha llegado la Unidad de Atestados de la Policía Local, tras estudiar las diversas pruebas y testimonios relacionados con el atropello en la carretera que va de Las Torres a Tamaraceite en el que perdió la vida Elisa Ruano Herrera, también conocida como Libertad, de 65 años, y cuyo cuerpo fue hallado sobre las 08.25 horas del domingo. El camarero aseguró a la Policía que no sirvió alcohol al chófer y que no percibió que estuviera ebrio, sino que "iba bien" cuando lo atendió.

Por su parte, tras comparecer ante la autoridad judicial, el trabajador de la funeraria, que conducía un Mercedes Vito blanco de la empresa cuando se produjo el atropello, quedó en libertad con los cargos de cometer presuntamente los delitos de homicidio por imprudencia y de negación de socorro.

El dueño de la funeraria fue quien dio a la Policía Local la pista sobre el autor del atropello mortal, tras denunciar sobre las 17.00 horas del domingo que uno de sus vehículos había sufrido daños que podrían haberse producido en un accidente de tráfico. El propio conductor, al ver los daños en el coche, había comunicado por la mañana a la empresa que había sufrido un incidente, sin dar más detalles. Horas después, el propietario de la empresa en la Isla observó pelo y restos de ropa adheridos a la carrocería del coche, por lo que denunció el caso a la Policía Local, según confirma la Unidad de Atestados.

Las fuentes policiales detallan que el accidente ocurrió después de que el trabajador de la funeraria terminara de cenar en un bar próximo a Hoya Andrea y a la vía GC-340. Al volver a la carretera cuando llevaba recorridos apenas unos metros, atropelló lo que él supuso que era un bulto o un carro, según declaró. También aseguró que no pensó que lo que realmente había arrollado con el vehículo era a una persona, en este caso a Elisa Ruano Herrera.

El conductor reconoció al juez que horas después observó los daños en el coche de la funeraria como consecuencia del golpe, dio el parte correspondiente y continuó con su jornada laboral nocturna.

Por la mañana del domingo, según las mismas fuentes, un ciclista descubrió sobre las 08.25 horas el cuerpo sin vida de la mujer y alertó a la Policía Nacional.

Los funcionarios policiales verificaron en el lugar el hallazgo del ciclista y alertaron al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes)-112, quien activó a una ambulancia del Servicio de Urgencias Canario (SUC) y a la Policía Científica de la Policía Nacional.

Los agentes de la Científica realizaron las primeras pesquisas y solicitaron la presencia de la Policía Local al considerar que se trataba de un accidente de tráfico. Los agentes hallaron en el lugar junto a la mujer, restos de un vehículo, cristales y la carcasa de un espejo. A ese tiempo, llegó también el juez que estaba en funciones de guardia y dio la orden de levantamiento del cadáver.

Sobre las cinco de la tarde, el dueño de la funeraria telefoneó a la Policía Local para denunciar que uno de sus vehículos había sufrido daños que podrían haber sido de un accidente de tráfico. Los agentes hicieron una inspección ocular del vehículo y encontraron restos de ropa y de pelo, así como del cristal y de la carcasa del espejo compatibles con los hallados en la carretera, en el lugar del óbito.

Los policías interrogaron al conductor del mencionado vehículo, quien se mostró muy sorprendido por las consecuencias del accidente que admitió haber tenido. Los agentes lo dejaron en libertad, aunque con la obligación de comparecer cada quince días y con la privación del permiso de conducir. La investigación de la Unidad de Atestados continuó, con la colaboración de la Policías Judicial y de la Científica.

Por otro lado, ayer tuvo lugar la incineración de los restos mortales de Libertad Ruano Herrera. Las muestras de dolor eran evidentes por parte de los familiares, de los cuales algunos mostraron su incomprensión porque el presunto autor de esta muerte esté en libertad con cargos.