Miguel Ramos Quesada, el exnovio de la desaparecida el pasado día 20 de agosto, Juana Ramos Medina, acudió ayer al Juzgado de Violencia sobre la Mujer número dos de Las Palmas de Gran Canaria para firmar, como tiene que hacer cada lunes y viernes después de su puesta en libertad el pasado día 6 de octubre. El investigado por un supuesto delito de homicidio y otros cinco de violencia de ámbito familiar quizás pensó ayer que iba a ser un trámite corto, de entrar y salir, como otras veces. No fue así.

La titular de dicho juzgado, María Auxiliadora Díaz, citó a Miguel Ramos cuando ya se iba y le informó después de que había decretado una orden de alejamiento y de protección contra él y cualquier persona de su entorno, y a favor de los dos hijos y del sobrino de Juana Ramos, vecina de La Paterna. Una pelea familiar fue el origen de una denuncia presentada por un familiar de Juana Ramos y de la decisión final de la juez.

Samuel Falcón, sobrino de la desaparecida y portavoz de su familia, denunció que el pasado martes, en un supermercado, fue insultado y agredido por parte del suegro del hijo de Miguel Ramos, tras una discusión que hubo entre ambos.

A la hora de ser preguntado por este periódico sobre esta bronca, Falcón no quiso ahondar sobre ello. "A mí lo que me preocupa es mi tía, no las barbaridades y acusaciones que me hizo", señaló.

A parte de la firma del investigado y de la denuncia, ayer se produjeron declaraciones de varias personas con relación a Juana Ramos.

Entre ellas, compareció un proveedor de la tienda de la comerciante del barrio capitalino de La Paterna. El repartidor de fruta y verdura manifestó que lo era del comercio de Juana Ramos desde hacía bastantes años.

Sin embargo, con el tiempo "dejé de serlo por los celos que su novio tenía hacia mí. Ella y yo tomábamos un café a veces y había cierta confianza". Antes de que él ya cesara en sus entregas de papas y plátanos este trabajador percibió que ella tenía miedo respecto a su pareja, Miguel Ramos, vecino de Bañaderos (Arucas). Como ejemplo, explicó a su señoría: "Llegó a hacerme varias veces los pedidos de mercancía a escondidas de él".

El trabajador señaló, en relación con la existencia de lesiones en Juana Ramos, que vio que ella contaba con moratones en los brazos. Según él, ella le deba largas a la hora de aclararle cómo se ocasionaron esos moratones.