Un varón sin documentación murió al caer sobre las 05.45 horas de ayer desde cinco metros de altura en el exterior de la estación de guaguas de San Telmo, en la calle Rafael Cabrera, en la entrada de los vehículos de la terminal, en la capital grancanaria. Varios trabajadores afirmaron que el muerto era un adolescente. La Policía no confirmó ninguna identidad.

La Policía Nacional abrió una investigación para esclarecer qué ocurrió. En un principio, los investigadores, tras los primeros estudios y testimonios, creen que haya sido probablemente una muerte accidental o voluntaria, sin rechazar de momento otras hipótesis posibles, como que lo hayan empujado. La policía está pendientes del resultado de la autopsia.

Tras la llamada de alerta por parte de los agentes de seguridad que estaban en la estación, conocida como El Hoyo, el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes)-112 activó dos ambulancias del Servicio de Urgencias Canario (SUC), una medicalizada y otra de soporte vital básico, así como a las policías Nacional y Local. El personal médico del SUC sólo pudo confirmar el fallecimiento.

Por ello, los agentes de la Policía Nacional precintaron la entrada y custodiaron el cuerpo sin vida hasta la llegada de la autoridad judicial y el forense, que ocurrió pasadas las ocho de la mañana.

Este suceso provocó un caos circulatorio en la estación de guaguas, como también grandes retenciones en las calles Rafael Cabrera y Pilarillo Seco, como en otras colindantes. El hecho de que estuviese cerrada la entrada durante más de dos horas, obligó que las guaguas de la compañía Global salieran y entrase por la salida de la estación. La entrada de las guaguas tenían que realizarlo los conductores por marcha atrás. En una jornada normal, a las siete de la mañana, coinciden unas veinte guaguas que salen y llegan a El Hoyo, como indicaron varios conductores. La empresa buscó ayer la manera para que entrasen el menor número de autocares posible.

Fuentes próximas al caso, indicaron a este periódico que varias guaguas de pequeño tamaño entraron a la estación, con el cuerpo sin vida sobre la calzada, que estaba más próximo a la acera por la derecha, "al pensar que era una persona que estaba durmiendo".