Al menos nueve personas murieron en la ciudad californiana de Oakland, en el oeste de EE.UU., al declararse la noche del pasado viernes un incendio en un almacén en el que se celebraba un concierto de música electrónica, aunque se teme que el número de fallecidos puede ascender a hasta 40, informaron hoy las autoridades.

El fuego comenzó a última hora del viernes en el barrio de Fruitvale en un gran edificio que alberga estudios de artistas, en el que se encontraban decenas de asistentes y cuyo techo se desplomó, lo que está dificultando las labores de rescate. "Estamos preparados para hacer frente a hasta 40 muertes", declaró a los periodistas el sargento Ray Kelly, de la Oficina del Sheriff del condado de Alameda, y subrayó que, de momento, sólo puede "confirmar que hay nueve personas muertas".

Kelly corroboró así la cifra de víctimas mortales divulgada anteriormente por los bomberos. "Estamos haciendo una búsqueda preliminar y tenemos conocimiento de hasta nueve muertes. Todavía hay una gran parte del edificio que hay que inspeccionar", indicó a los periodistas la jefa del cuerpo de bomberos de Oakland, Teresa Deloach Reed. "En estos momentos hay 25 nombres de gente desaparecida. No estamos seguros si ya se han desplazado por sus propios medios al hospital o han ido a casa de un amigo. No estamos seguros", dijo Deloach Reed.

Según la jefa de los bomberos, la mayoría de los fallecidos se encontraba en el segundo piso del almacén, al que se accedía por una escalera temporal. Por ahora, se desconoce la causa del incendio declarado durante el concierto, en el que actuaba el músico Golden Donna, precisó.

"El edifico es enorme. Va a haber que proceder a recuperar los cuerpos de forma metódica y aclarar dónde empezó el fuego y cómo se propagó (...) No hemos hecho un registro completo del edificio", agregó Deloach Reed.

Uno de los artistas que vive en el edificio siniestrado, el fotógrafo Bob Mule, relató cómo logró escapar de las llamas. "Hacía demasiado calor. Demasiado humo. Literalmente, sentí que mi piel se despellejaba y mis pulmones se asfixiaban. No pude hacer funcionar el extintor", explicó Mule a los medios locales.

Más de 50 bomberos participaron en la extinción del incendio, que duró unas cuatro horas y es uno de los más graves sucedidos en Oakland.