El asesinato de dos tiros en la cabeza de la viuda del expresidente de la Caja Mediterráneo (CAM), el fallecido Vicente Sala, dejó completamente anonadada a la sociedad alicantina. El cadáver de María del Carmen Martínez fue encontrado a las 18.00 hora canaria del viernes en el interior de un todoterreno estacionado en el lavadero de un concesionario que regenta la familia. La Policía sospecha que se trata de un crimen por encargo, llevado a cabo por un sicario, y por motivos económicos, una vez descartado el móvil del robo. Conocidos y amigos de la familia mostraron su estupefacción por el suceso.

Uno de los más explícitos fue el exvicepresidente de la CAM, Armando Sala. "Si Vicente Sala (con el que compartió años de trabajo y amistad en la entidad financiera) levantara la cabeza, se volvería a morir del disgusto", aseguró con la voz entrecortada. Sala destacó la fortaleza de María del Carmen Martínez, quien superó "un cáncer muy fuerte", y consideró "terrible" su final.

El ex presidente provincial del PP y también máximo responsable de la Diputación de Alicante durante dos mandatos, Joaquín Ripoll, también mantuvo una relación "intensa" con el matrimonio y sus hijos. "En las Navidades solíamos hacer una comida y con el paso del tiempo nos fuimos a su casa. Todavía no me lo creo", lamentó Ripoll, conmocionado.

La Policía descarta que el asesinato se deba a un robo, y apunta a otras motivaciones. En la mañana de ayer se realizó una inspección ocular del entorno del concesionario donde fue tiroteada la víctima. Dos agentes fotografiaron la zona y registraron un contenedor de vidrio, entre otras cosas, sin que encontrasen nada relevante. Igualmente la Policía está revisando las grabaciones de la cámaras de seguridad del concesionario y de la zona para tratar de dar con el autor.

La mujer recibió dos balazos en la cabeza y el autor aparentemente no robó nada, dejando allí el bolso de su víctima y su coche de alta gama. Fueron los empleados del concesionario quienes dieron la voz de alarma al encontrar el cuerpo. No escucharon los disparos ni vieron nada sospechoso, según indicaron a los agentes que les interrogaron.

La autopsia practicada ayer al cadáver confirmó que ésta no pudo defenderse de sus atacantes, que le descerrajaron dos disparos a quemarropa en el lado izquierdo de la cabeza.