Dos de los once supervivientes del hotel del centro de Italia sepultado la semana pasada por un alud afirmaron ayer que nadie les "advirtió del peligro de avalancha" y confirmaron que los huéspedes, "asustadísimos", esperaban "en el vestíbulo la llegada del quitanieves" para poder dejar el lugar. Así lo declararon ayer Giorgia Galassi y Vincenzo Forti, supervivientes del hotel Rigopiano, en la localidad de Farindola (centro de Italia), que el 18 de enero quedó sepultado por un alud, posiblemente como consecuencia de los terremotos -cuatro de magnitud superior a 5 en la escala de Richter- que sacudieron la zona. "Cuando se sucedieron los terremotos, estábamos todos asustadísimos y nos juntamos en el vestíbulo para esperar la llegada del quitanieves", recordó Galassi. La pareja permaneció más de 50 horas atrapados hasta que fueron rescatados el viernes.