Numerosos turistas, clientes o no, y transeúntes caminaban ayer por la tarde por los pasillos e instalaciones del Centro Comercial Oasis, donde fue el atraco de una joyería a punta de pistola y donde los dos atracadores se llevaron un botín valorado en medio millón de euros.

La normalidad, para muchos, se recuperó en esta zona comercial. Yeray Marichal, propietario del local de tapas y raciones Bandera, aseguró que "todo sigue igual. No hay pánico, en absoluto, aunque ahora te fijas más en los clientes y tomas más medidas de seguridad preventivas".

La camarera de otro bar de dicho centro comercial, por detrás de la joyería Saphir, manifestó que "lo ocurrido no ha afectado a la clientela, hay más trabajo. Además, ves más policías y sientes más seguridad". "Eso sí, las empleadas de la joyería y el segurita lo pasaron mal. Yo oí los gritos y la petición de auxilio", agregó.