El atraco del pasado martes a una de las joyerías Saphir de la Isla, exactamente a la situada en el Centro Comercial Oasis, en Meloneras, no ha dejado indiferente a nadie, después de que dos delincuentes profesionales se llevaran un botín del golpe de losRolex valorado en medio millón de euros. Este asalto a punta de pistola impactó al sector de joyeros, los cuales tienen "algo de miedo y están en alerta".

Dara García, vicepresidenta de la Asociación de Joyeros y Relojeros de Las Palmas, manifestó que "este suceso sorprendió a todos por ocurrir en esta Isla y por la profesionalidad y violencia".

La propietaria de la joyería Esmeralda, sita en la zona comercial de Triana, en la capital grancanaria, como todos los miembros de esta asociación que preside Guillermo Cabrera, se solidariza con el dueño de Saphir, Alfonso Viera, al sufrir este "brutal atraco". "La verdad es que sentimos mucho que le haya ocurrido. Esta asociación está para apoyarnos y darnos información. Aunque haya pasado, hay que seguir adelante", destacó.

La asociación de joyeros se reúne con regularidad todos los años con la Policía Nacional, para valorar y analizar en común cómo está la situación y aspectos como la existencia o no de bandas de delincuentes y de tarjetas robadas.

El tesorero de este colectivo, Jesús Ortiz, que lleva junto a su esposa, María Antonia Martín, Albert Joyeros, que se encuentra en la calle Néstor de la Torre, afirmó que "pronto" se reunirán con los agentes de la Policía Judicial, "para hablar de las novedades, y cómo no, si es posible, de este atraco ocurrido en Meloneras".

Respecto a cómo se sienten los empresarios y trabajadores de este sector, Juan Ortiz declaró que "hay algo de miedo y de respeto".

Aunque el ataque haya sido a un establecimiento con unos relojes de alta gama y únicos, "todos nos sentimos en riesgo y no damos la espalda a quien lo ha sufrido", señaló. "Tomamos más medidas preventivas y estamos en alerta, a los ruidos y a quien vemos", agregó.

En relación a los Rolex, Ortiz afirmó que "son relojes más fáciles de colocar en el mercado negro, sea en la Europa del Este, Asia u Oriente Medio, que las joyas o el oro".