El Cuerpo Nacional de Policía ha desmantelado una banda que en el archipiélago canario retiraba medicamentos, psicotrópicos, de farmacias de las dos provincias, así como de Granada, tras la sustracción de talonarios de recetas, y después introducía dichos medicamentos en el mercado negro.

De esta manera, la Policía Nacional arrestó en la provincia oriental a un total de 39 personas por falsificar miles de recetas de fármacos que actúan en el sistema nervioso central que fueron sustraídas de centros de salud públicos, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Canarias en un comunicado.

Los agentes identificaron a 53 personas, de las cuales se procedió a la detención de 39, de las cuales 29 son hombres y el resto mujeres. Las edades oscilan entre los 22 y los 60 años. Son investigados como presuntos autores de delitos de estafa y falsificación de documentos, si bien a ocho de ellos se les atribuye además un delito contra la salud pública por comercializar los fármacos en el mercado negro. Treinta de los detenidos tenían antecedentes policiales.

Los medicamentos eran retirados en farmacias de las provincias de Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife y Granada, mientras que los talonarios de recetas y los sellos eran sustraídos en centros de salud públicos. Según las fuentes policiales, fueron localizadas 2.200 recetas falsificadas fechadas durante los años 2015 y 2016.

La investigación se inició a raíz de una intervención rutinaria en la que policías intervinieron a un individuo gran cantidad de recetas de fármacos psicotrópicos, así como la fotocopia de una tarjeta del Servicio Canario de Salud (SCS) que no le pertenecía. A raíz de las pesquisas policiales salieron a la luz gran cantidad de talonarios de recetas y sellos facultativos sustraídos en centros de salud públicos, cuyos titulares no reconocieron las firmas o la caligrafía plasmada en los documentos médicos.

Las recetas sustraídas eran cumplimentadas prescribiendo dos conocidos fármacos psicotrópicos, firmadas y selladas, para luego ser entregadas a terceros que se encargaban de retirar los medicamentos en calidad de pacientes y en distintas farmacias de las provincias de Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife y Granada para no levantar sospechas. Una vez en posesión de los fármacos, eran entregados a los principales investigados, quienes los comercializaban en el mercado negro sin prescripción médica y a precios mucho más elevados, obteniendo así grandes beneficios.

La mayor parte de las cerca de 2.200 recetas falsificadas fueron localizadas en Canarias y, en menor medida, en la provincia de Granada. Una vez instruido el atestado policial fue puesto a disposición de la autoridad judicial. Esta operación fue llevada a cabo por agentes del Grupo de Delitos Patrimoniales de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Las Palmas.

El descubrimiento y desmantelamiento de esta organización ha sido motivo de "alegría" para el Colegio de Médicos de Las Palmas, aunque no de sorpresa, ya que conocía desde hacía tres años que se robaron de centros de salud públicos. Seis médicos -cuatro en Lanzarote, uno en Gran Canaria y otro en Fuerteventura- fueron los que denunciaron estas sustracciones.

Alerta

La secretaria de la junta directiva del Colegio, Marta León, informó de estas denuncias cuando fue preguntada por esta operación policial e indicó que fueron las farmacias las que alertaron de la existencia de dichas recetas falsificadas, no sólo de psicotrópicos, sino de fármacos de otro tipo, que además pertenecían a un mismo médico cuya firma se falsificó.

En cambio, la directiva del Colegio de Médicos de Las Palmas reconoció su sorpresa por el número de recetas localizadas y sin usar, "entre 200 y 2.000", a una de las personas que fue detenida ya que los facultativos denunciantes barajaban una cantidad de una veintena.

Marta León señaló asimismo que la persona detenida, que contaba con gran número de recetas médicas, era la que distribuía las recetas a otras personas de la organización para comprar medicamentos en distintas farmacias y conseguir la distracción policial porque sabían que existían sospechas sobre su actuación.

Finalmente, la secretaria de este colegio indicó también que los médicos de primaria ya prácticamente no tienen talonarios como los que fueron intervenidos por los agentes, pues actualmente su uso está relegado prácticamente al director del centro de salud público, y únicamente los emplean cuando efectúan los facultativos alguna visita domiciliaria del paciente o en el caso de que falla el ordenador y no pueden emitir las recetas electrónicas.