Un delincuente con varias órdenes de busca y captura protagonizó anoche en la capital grancanaria una espectacular huida de más de cuatro kilómetros por las calles de la ciudad.

El conductor, de entre 30 y 40 años, fue arrestado este miércoles por la noche poco después de saltarse un control de la Policía Local en la calle Doctor Marañón. Al hacer caso omiso a las órdenes de detenerse, se inició una persecución desde Cruz de Piedra, pasando por Ciudad Alta y finalizando, después de intentar la huida a pie, en el Paseo de Tomás Morales, en Arenales.

Después del arresto y comprobación de la identidad, los agentes comprobaron de que el individuo estaba en busca y captura por varios juzgados.

Todo comenzó poco antes de las 21.00 horas en la calle Doctor Marañón, por encima de Cruz de Piedra. Era un control realizado por agentes del grupo Goia de la Policía Local capitalina. Al huir, comenzaron los coches patrullas a perseguir al conductor que circula por varias calles en dirección contraria, saltándose varios semáforos y poniendo en peligro a varios peatones que iban a cruzar, como indicaron fuentes cercanas al caso. En esta persecución se sumaron también agentes de la Unidad Nocturna de la Policía Local, así como de la Policía Nacional.

Después, en la zona de Cuatro Cañones, exactamente en la calle Capitán Eliseo López Orduña, al verse a punto de ser alcanzado, abandona el turismo con el que circulaba y comenzó a huir a pie, por distintas calles, llegó al Paseo de Chil y siguió bajando hasta el Paseo Tomás Morales, y sería a la altura de la iglesia de Santa Teresita, y de la esquina con la calle Obispo Encina, donde finalmente es alcanzado por varias agentes que también lo persiguieron a pie desde Ciudad Alta.

Por otro lado, cabe recordar que durante la madrugada del pasado lunes se produjo la persecución y captura de otro conductor, también en la capital grancanaria. Todo comenzó en la Base Naval, donde no quiso parar y comenzaron a perseguirlo agentes de la Unidad Nocturna de la Policía capitalina. Circuló en dirección contraria y tomó la Avenida Marítima. Allí, a la altura del Palacio de Justicia fue interceptado por dos coches patrulla. Como pretendía seguir la huida y al negarse a abrir la puerta, un agente rompió el cristal la puerta de copiloto para poder entrar y quitar las llaves al conductor.