Jerónimo Santana le debe la vida a un vigilante de seguridad de la estación de guaguas de San Telmo, de Las Palmas de Gran Canaria. Dos jóvenes han sido detenidos por intentar quemarlo vivo.

Santana, de 72 años y antiguo marinero, cuenta que vive en la calle desde hace tiempo "sin molestar a nadie". Él estaba tumbado en las escaleras en el interior de la estación y cubierto con una cortina de baño y no sé enteró de la acción de los dos jóvenes, de unos 20 años, que a punto estuvo de costarle la vida. El vigilante de seguridad evitó la tragedia, y además de darle las gracias, Jerónimo Santana pide justicia, y que reciban un castigo los detenidos.

Los jóvenes están acusados de tentativa de homicidio y de un delito de odio.