Un preso se ha fugado hoy del juzgado de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) con las esposas puestas, cuando abandonaba la sala de vistas en la que acaba de ser juzgado por un delito de robo en domicilio, según han informado a Efe fuentes cercanas a la investigación.

Los Mossos d'Esquadra, que custodiaban al preso durante su traslado al juzgado y en su comparecencia judicial, han desplegado un amplio dispositivo, incluso con medios aéreos, para poder localizar al preso fugado, Salaheddine C., de 25 años y natural de Marruecos.

En el dispositivo de búsqueda, los agentes también han cortado algunas calles próximas al juzgado de Vilanova para tratar de impedir que el joven, que iba vestido con ropa oscura, pueda salir del municipio.

El joven huido, que en Cataluña ha residido en Sant Boi de Llobregat y Cornellà de Llobregat, en Barcelona, se encontraba actualmente en prisión preventiva en la cárcel Modelo de Barcelona, donde estaba a la espera de juicio por dos causas pendientes, una de ellas por asesinato en grado de tentativa, según las fuentes.

El fugitivo había sido trasladado por los Mossos d'Esquadra de la cárcel Modelo al juzgado de Vilanova i la Geltrú para comparecer ante el juez en relación con un delito de robo con intimidación, perpetrado por una banda organizada en el que supuestamente estaba involucrado.

Al finalizar la comparecencia, hacia las 13:30 horas, el preso ha logrado zafarse del control de los Mossos d'Esquadra que le custodiaban y que le tenían que llevar de nuevo a la cárcel Modelo donde estaba ingresado, y se ha dado a la fuga.

Según se ha podido comprobar en las cámaras de seguridad del recinto, tras burlar los controles policiales el preso ha abandonado, todavía esposado, las dependencias del edificio de los juzgados de Vilanova i la Geltrú, situados en la Ronda Ibérica de este municipio de la comarca barcelonesa del Garraf.

El fugitivo, que carece de permiso para residir en España, tenía vigente una orden de expulsión a su país de origen, que no se había ejecutado al estar aún abiertas las investigaciones judiciales que tenía pendientes.

El decanato de los juzgados de Vilanova i la Geltrú había advertido en dos ocasiones de las carencias de seguridad del edificio, la primera de ellas en el año 2012 y la última el pasado año, al considerar que los espacios del recinto no están suficientemente aislados.