El Tribunal Supremo confirmó las sanciones de siete y seis meses de suspensión que el Tribunal Militar Central impuso a un sargento de la Guardia Civil de A Guarda (Pontevedra) y a un agente por irrumpir en un prostíbulo, bebidos y a altas horas de la madrugada, exigiendo sexo gratis. Las sanciones se aplican por sendas faltas muy graves de abuso de atribuciones con grave daño a los ciudadanos y a la Administración. El sargento, que era el comandante interino del puesto de A Guarda, aunque en el momento de los hechos no estaba de servicio -como tampoco lo estaba el agente que le acompañaba- acudió a un local de alterne de la zona en un grave estado de embriaguez exigiendo sexo gratuíto.