Hombres armados no identificados mataron a una cooperante alemana de una ONG sueca y secuestraron a una compañera finlandesa en un hostal en Kabul, donde también murió un guarda de seguridad afgano, informó ayer una fuente oficial.

El suceso ocurrió el sábado hacia las 23.30 hora local (19.00 GMT), en el Distrito Policial 7, en el oeste de la capital, cuando los atacantes redujeron al guarda y luego entraron en el hostal, donde "secuestraron a una finlandesa y mataron a una alemana", dijo a Efe el portavoz del Ministerio afgano de Interior, Najib Danish.

El portavoz evitó aportar más detalles y dijo que la policía ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos ocurridos.

Sin embargo, en un breve comunicado posterior en su cuenta oficial de la red social Facebook, Danish reveló que las dos mujeres eran "empleadas" de la organización humanitaria sueca Operation Mercy, que trabaja en Afganistán para reducir la mortalidad infantil o ayudar a las mujeres a salir adelante de manera independiente.

Los secuestros son comunes en Afganistán y los extranjeros, generalmente empleados de organizaciones humanitarias, son a menudo objetivo de este tipo de acciones, en muchas ocasiones destinadas a obtener un rescate.

El suceso del sábado se produjo en el mismo área donde en agosto pasado fueron secuestrados por los talibanes un profesor estadounidense y otro australiano de la Universidad Americana de Afganistán, los cuales continúan aún en cautiverio y se negocia un posible rescate.

Los últimos casos conocidos ocurrieron a finales de 2016, con el secuestro de un cooperante español del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en el norte del país y una trabajadora australiana de la ONG Agencia para la Coordinación de Órganos de Ayuda Afgana (Acbar) en Kabul. Ambos fueron liberados.

Recientemente, varias embajadas extranjeras en la capital así como el departamento de información de la Misión de la OTAN en el país, Resolute Support, dieron la voz de alarma ante posibles ataques de los talibán y Estado Islámico contra la comunidad extranjera en Kabul, justo antes del comienzo, la semana que viene, del mes de Ramadán en el que los musulmanes ayunan y en el que, normalmente, las actividades de los yihadistas van a menos.