El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana condena "enérgicamente la reciente agresión física que ha sufrido una mujer taxista de este municipio cuando se encontraba trabajando y con dos pasajeros a bordo en su vehículo, en la zona turística de "Playa del Inglés".

La agresión se produjo de forma inesperada y repentina por un hombre de 40 años "hacia una mujer de 64 y también de forma material hacia su vehículo, se trata de un hecho sumamente sorprendente y desproporcionado, además de un acontecimiento muy grave y absolutamente execrable", dice el gobierno municipal en una nota de prensa del primer ayuntamiento turístico de Gran Canaria.

El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana siempre "ha mostrado su total y completo rechazo hacia cualquier tipo de violencia física, verbal o psicológica entre personas de igual o distinto sexo, sin que importen los motivos, la hora o el lugar en el que ésta se produzca".

"La violencia siempre es y será intolerable", se lee en la declaración municipal que firma Marco Aurelio Pérez, alcalde. "No puede permitirse ni debe emplearse nunca, y menos como argumento o sistema para la resolución de situaciones, disputas o conflictos. El uso de la violencia como antídoto contra las frustraciones, los rencores, los miedos, las venganzas o incluso hasta por pura diversión es un síntoma social peligroso y muy preocupante, que pone al descubierto la severa decadencia cívica y personal de quienes la emplean".

El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana sostiene que la agresión sufrida por la taxista, en el pleno ejercicio y desempeño de su oficio de servicio público como transportista, deja tal sensación de impotencia en la víctima y en sus familiares, y también en todo el sector del taxi del municipio y en la sociedad en general, que merece no sólo una "absoluta reprobación institucional y ciudadana, sino además una justa y decidida condena judicial que contribuya de lección moral y sirva de escarmiento legal para su autor", asegura el alcalde.

"La agresión sufrida por la taxista no debe volver a repetirse en ningún caso y bajo ningún concepto o circunstancia. No sólo por los daños físicos y psicológicos infligidos a la víctima, ni por el daño que por extensión ha causado este hecho al gremio del taxi, ni por el daño que también ha podido causar a la imagen de nuestro destino turístico. Sencillamente, no puede ni debe repetirse porque es un claro signo de violencia machista y de incivismo que quiebra la convivencia y la paz social", declara Marco Aurelio Pérez.

"La violencia no es ni será nunca una buena consejera. Nuestro multicultural municipio, motor de la economía insular, precisa, requiere y necesita de actitudes personales y colectivas cada vez más cívicas, responsables, amables y amistosas. Nadie debe ser ajeno a la construcción y proyección presente y futura del mismo con esas premisas de convivencia que requieren gran voluntad y esfuerzo. Por muy rápido que vaya el mundo, por mucho que corran los tiempos, la cordialidad, la respetabilidad y las buenas costumbres siempre son y serán necesarias", concluye el alcalde.