Acurrucado, escondido y a salvo en el interior de una habitación. Así se encontraron los bomberos del Consorcio Insular de Emergencias de Lanzarote a una hombre, natural de Nápoles (Italia) que se encontraba en el interior del conjunto de viviendas abandonadas de la calle Blas Cabrera Topham que ardían de forma incontrolada pasadas las nueve de la noche.

Un fuego que arrasó gran parte de las dos casas, a excepción de varios cuartos en los que viven ocupas. De hecho, los bomberos permanecieron en la zona durante más de dos horas para poder controlar el incendio, hasta el punto que uno de los camiones tuvo que volver a la central para recargar agua.

Uno de los bomberos que participaron en la extinción del fuego aseguraba que no se explicaba cómo había sobrevivido el ocupa, no solo por el fuego sino por el intenso humo negro que les obligó a trabajar con bombonas de óxigeno. Tras salir de la vivienda, el ocupa se mostró completamente tranquilo al repetir una y otra vez que su habitación estaba prácticamente intacta e incluso dijo que volvería para pasar la noche.De hecho, no requirió ningún tipo de atención por los sanitarios del Servicio Canario de Salud desplazados a la zona.

"Una parte del techo se cayó y por suerte lo hizo justo delante de mí", relataba uno de los bomberos."Son dos casas, con múltiples habitaciones, llenas de basura", resumía el agente tras quitarse la máscara de oxígeno. Según los propios ocupas, en estas casas vivían al menos cinco personas, muchas de las cuales acuden cada noche a cenar en el comedor social de Sor Ana, un centro de acogida para indigentes de Arrecife en los que además de comida, se les facilita ropas y ducha.

Algunos vecinos de las calles colindantes mostraban su malestar por la situación en que se encuentra estas casas, que están tapiadas en la fachada principal pero por la que los 'ocupas' acceden a través de otra vivienda que tras la crisis económica se quedó a medio construir. Tras ser desalojados se fueron a otra casa abandonada de la calle Pérez Galdós donde también se han producido numerosos incendios. La semana pasada el Ayuntamiento de Arrecife clausuraba esa última vivienda lo que ha supuesto, según los vecinos, que se hayan vuelto a la de Blas Cabrera.