Una triste noticia para la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria ocurrió el pasado martes: uno de los agentes locales descubrió el cuerpo sin vida de Nitro, el pastor belga malinois que prestó sus servicios durante casi seis años en la unidad canina de la Policía Local, que dio cuenta de este fallecimiento el miércoles a través del twitter.

En poco tiempo, fueron muy numerosos los tuit de pesar y ánimo por esta repentina pérdida. La consternación no sólo ha sido grande para el guía de Nitro, el policía Orlando Rubio, sino para todo el cuerpo policial.

"No me lo creía cuando me avisaron y lo vi acostado, como si durmiese. Es como perder un hijo tuyo, porque es uno más de la familia. Aunque dormía fuera en casa, en las instalaciones de la Policía, hacíamos vida con él. Lo iba a buscar, fuera del horario de trabajo, para llevarlo a entrenar, o para buscar a mis hijas al colegio o para ir a la playa", explicó el guía, entristecido.

El hallazgo del perro muerto tuvo lugar en las instalaciones que tiene la policía en el barranco de Guiniguada, junto a San Roque, para los siete canes que en la actualidad forman esta unidad. En un principio, se apunta a que el perro sufrió un infarto. Recientemente había sido tratado por el veterinario porque sufrió lumbago.

Nitro había sido comprado por la Policía Local a un criadero cuando tenía cuatro meses de edad. A los ocho, después de pasar por la escuela y formarse como perro policía, se incorporaba a la unidad canina para trabajar con el guía que siempre tuvo, Orlando Rubio.

"Siempre fue muy bueno, como perro, por su carácter, y en su trabajo", comentó su guía, apenado. "Ha fallecido en su mejor momento, cuando estaba más sereno, tranquilo y maduro", agregó.

Este can estaba especializado en la búsqueda de sustancias estupefacientes, sobre todo en turismos u otros vehículos. Siempre lo hacía en pareja con otro perro, Fonta, un pastor belga tervueren, junto a su respectivo guía, el policía Carlos Martín.

Estos dos agentes, Rubio y Martín, siempre hacen juntos, con los dos canes, las inspecciones de cada coche. Así, con las marcas -señal de existencia de la droga- de cada perro no hay casi ningún margen de error respecto a la sospecha de que exista droga escondida, antes de tener que desmontar el vehículo. Nitro y su compañero perruno, nacido en Fontanales, descubrieron droga en lugares muy extraños, o simplemente que no se ven, como en los raíles de los asientos, bajo las moquetas, entre dos asientos o escondida en el techo.

El perro de Orlando Rubio ganó un campeonato de guías caninos que se celebró hace cinco años en la capital grancanaria, donde participaban perros de las policías Local y Nacional, Guardia Civil, Infantería, Aviación y Ejército de Tierra.

Sobre el futuro, Orlando Rubio, que es policía desde hace 15 años, fue reservado, ya que está de duelo. Él espera que el próximo perro sea bueno, de carácter y trabajador, como Nitro. "Ya se verá qué tipo de can será, de qué raza, según las necesidades de la policía y de qué especialidad se requiere", concluyó.