La mezcla de vientos cruzados, altas temperaturas y tormentas secas es la causa que desató el devastador incendio que ayer azotaba el centro de Portugal y que atrapó a familias enteras en una carretera convertida en una auténtica ratonera sin salida. Las llamas avanzaron más rápido de lo que pensaban, avivadas por el viento y por las altas temperaturas, y se propagaron de forma "que no tiene explicación", afirmó João Gomes, el secretario de Estado de Administración Interna. La Policía Judicial (PJ) señaló también las condiciones meteorológicas como causantes de la tragedia, exactamente, el impacto de un rayo en un árbol seco como detonante del fuego.