Un fallo técnico en un vuelo de la compañía Canaryfly que viajaba de Gran Canaria rumbo a Fuerteventura obligó a los pilotos a dar la vuelta y a regresar a Gando, que el sábado pasado recibió varios aviones desviados de Lanzarote por fuertes vientos.

El vuelo, que salió con retraso a las 21.00 horas del aeropuerto de Gran Canaria, llevaba 20 minutos en el aire cuando la tripulación avisó al pasaje de que habían detectado una anomalía y era necesario regresar al punto de partida por seguridad.

La comunicación llenó de incertidumbre a los pasajeros, que quedaron tranquilos al tomar tierra sin dificultad aparente, aunque en el aeropuerto se desplegaron los servicios de emergencias, según explica una de las pasajeras, Belinda Delgado.

Una vez en la terminal, la compañía explicó a los viajeros que había saltado una luz en un panel, algo fuera de lo común. Tras una hora de revisión, el problema se resolvió y el avión pudo volar hasta Fuerteventura, adonde llegó a medianoche sin contratiempo.