"Estoy vivo", exclamaba ayer por la tarde Alfredo S. M., de 38 años, vecino de un edificio en la calle Prudencio Morales, en La Isleta, que fue agredido con un arma blanca minutos antes de la siete de la tarde del pasado miércoles. "En un principio, el médico valoró, en la ambulancia, que la herida era de carácter grave. Al final, no era para tanto, pero es verdad que es una agresión. La herida es de unos cuatro centímetros de ancho y tres de profundidad", explicó el agredido.

Respecto a cómo sucedió, según Alfredo S. M. "fue en las escaleras del edificio, no en la calle". "Subió por segunda vez a mi casa, yo acababa de llegar, dando voces. Abrí la puerta. Él [presunto agresor], vecino del primer piso y dueño de la perra, estaba en las escaleras, unos diez o doce escalones por encima de mí", narró.

Entonces, supuestamente lo provocó para que subiera las escaleras, "si eres hombre, ven', me decía". "Subí dos o tres escalones y sacó de repente de la espalda un cuchillo de unos veinte centímetros de hoja", comentó.

Después, el herido fue atendido en las escaleras por el personal del Servicio de Urgencias Canario (SUC), para luego ser trasladado al Hospital Doctor Negrín. Mientras, el presunto autor del ataque, fue detenido por agentes de la Policía Nacional. A primera hora de la mañana de ayer recibió el alta médica y ya se encontraba de vuelta a su domicilio, según indicaron varias vecinas.

"Todo esto es ridículo, una agresión de forma premeditada con un cuchillo; todo por las deposiciones de la perra", señaló Alfredo A. M.., músico de profesión.

En la jornada de este viernes está previsto que el arrestado, de 72 años, pase a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Las Palmas de Gran Canaria, y que se celebre un juicio rápido.

Por su parte, la esposa del detenido, Antonia, también dio ayer su visión del altercado. Criticó a Alfredo S. M., asegurando que en una ocasión le había tirado la puerta y que había intentado envenenar a la perra. Además, "pone basura en mi puerta", señaló. "Él provocó a mi marido, que sólo fue a llamarle la atención por poner basura delante de nuestra puerta. Él fue el que se autolesionó, y no es nada grave, un arañazo", agregó.

El agredido niega que se autolesionara. "Cómo iba a hacerme yo eso. Tampoco fui a envenenar a su perra", puntualizó. "La cuestión es que los vecinos no vamos a limpiar la mierda de la perra, sólo si está delante de la entrada al piso de cada uno. La mujer contratada para limpiarlas viene una vez a la semana. Esta vecina del primer piso no recoge las deposiciones de su perrita. Y si lo hace es con papel, que luego lo tira por su balcón de la primera planta. En una ocasión vi caca encima de un coche. Se ve menos y no la tiene suelta porque llamamos a la policía dos veces", explicó. Una trabajadora cubana, en la misma calle Prudencio Morales, lamentó que "en esta sociedad se caiga en estas tonterías".