Un vecino del barrio capitalino de La Feria, de 38 años, fue rescatado ayer martes por los Bomberos Municipales tras caer desde unos cuatro metros de altura en la Avenida Marítima, cerca de la avenida Juan XXIII, en Las Palmas de Gran Canaria. El accidentado regresaba de pescar, subió por la pared, resbaló y cayó sobre piedras, cerca de los tetrápodos. Sufrió un traumatismo en el brazo izquierdo, en una primera valoración, de carácter menos grave, exactamente en la muñeca.

El suceso ocurrió sobre las 18.00 horas, cuando el pescador escalaba la pared para saltar a la Avenida y regresar a su casa tras una tarde de pesca. Las llamadas de alerta al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes)-112 desplazaron al lugar Bomberos Municipales del parque de la zona Puerto, junto al sargento de turno del parque de Miller Bajo; una ambulancia del Servicio de Urgencias Canario (SUC); y agentes de la Policía Local, tanto de la Unidad de Tráfico, como de Distrito

Los bomberos, tras valorar, junto al personal del SUC, la situación del herido y la mejor forma de evacuarlo, finalmente lo prepararon todo para elevarlo en una camilla nido mediante una escalera grúa.

Ya en el paseo de la Avenida Marítima, fue llevado hasta la ambulancia de soporte vital básico del SUC, donde fue asistido y, cuando ya estaba inmovilizado, fue trasladado al Hospital Universitario Doctor Negrín.

El cabo de los bomberos del parque de La Isleta, Miguel Ergueta, señaló que ese servicio "fue difícil, como cualquier otro rescate porque todos tienen una complicación. Se podía haber hecho de mil formas. Le inmovilizamos la muñeca [del brazo izquierdo], que parecía haber sufrido una fractura, y optamos por hacerlo mediante el vehículo escalera".

Respecto a por qué optaron por esa manera, Ergueta explicó que lo realizaron así "para no moverlo, ni manipularlo mucho. Lo hicimos con cuidado y con el fin de que sufriera lo menos posible".

Sobre cómo sucedió la caída. Ergueta afirmó, de acuerdo con lo referido por la víctima, que "venía de pescar, estaba subiendo esa pared, cuando resbaló al poner una mano y cayó". "Le podía haber pasado cualquier cosa peor porque es una escollera llena de piedras", añadió el cabo.

Como anécdota, Miguel Ergueta recordó que en un momento, antes de izarlo con la grúa, el herido propuso que él mismo podía subir solo, que únicamente necesitaba que lo ayudaran a ponerse de pie. "Estaba claro que no era posible. Si a nosotros nos costó bajar por la escalera, cómo no le iba a costar a él subir", puntualizó el cabo, quien iba vestido con el traje para hacer el rescate en el agua porque uno de los alertantes refirió que el herido se hallaba en el agua y no sobre piedras, como fue.

Este suceso provocó que la Policía Local cerrara la circulación en el tramo de la salida de la Avenida Marítima, con dirección a la avenida Juan XXIII o para el cambio de sentido, ya que estaban los vehículos de los efectivos, dos camiones de los bomberos y la ambulancia. Por ello, se registraron pequeñas retenciones del tráfico durante media hora en esta arteria capitalina.

Este servicio de emergencia provocó curiosidad a decenas de personas, tanto a deportistas que pasaban por la avenida, como viandantes y vecinos que se pararon para ver qué sucedía.

Entre el público que observaba cómo se desarrollaba el rescate, se encontraban dos sobrinos del accidentado, de unos once y nueve años, aproximadamente, que pretendían que su tío supiera que "no estaba solo", saber con seguridad cómo estaba de salud y hacerse cargo de sus pertenencias de pesca.