La Guardia Civil arrestó a nueve personas y se incautó de media tonelada de hachís en la operación denominada Teide, en la que se desarticuló una de las organización de narcotraficantes más activa de Canarias. Con la droga que contaba esta organización, surtía a otras asentadas en Gran Canaria.

Esta operación realizada en varias fases por el Equipo de delincuencia organizada y antidroga de la Comandancia de Santa Cruz de Tenerife (EDOA) y por el Equipo contra el crimen organizado (ECO) de Canarias.

Las investigaciones comenzaron a principios de febrero cuando se detectó la presencia en Canarias de una organización considerada de las más activas que operaban en territorio nacional y en Marruecos.

Se comprobó que poseía un estructura que controlaba desde la compra de la planta hasta la distribución de la droga tanto en territorio nacional como en otros países, como Alemania e Inglaterra. Al parecer, trabajaba bajo el encargo de otras organizaciones.

Los investigadores descubrieron que el líder de esta organización, que vivía entre Marruecos y España, estaba asociado con una persona que se encargaba del aparato logístico en la filial grancanaria y que al parecer era un conocido empresario del sector de la hostelería.

Destacado era el papel de otro hombre grancanario que tenía la función de buscar a personas interesadas en financiar y adquirir grandes partidas de la sustancia estupefaciente, para una vez contactados estos potenciales clientes, les acompañaba hasta la zona de Marruecos en se depositada la droga.

En el transcurso de la investigación, se logró identificar al encargado de la custodia de la droga, que estaba oculta en el interior del garaje de la casa donde residía. Después de conocer que se iba a introducir hachís en Gran Canaria desde Tenerife, se realizó un despliegue urgente. Se descubrió que el lugar de ocultación era en el barrio de Santidad, en el municipio grancanario de Arucas.