Sobre las diez de la noche de ayer, los bomberos del Consorcio de Emergencia del parque de Arinaga volvían, por tercera vez, a Las Crucitas de Agüimes para tratar de extinguir un incendio cuyas primeras llamas se avistaron a las siete y media de la mañana. La falta de una máquina retroexcavadora impedía a los componentes del cuerpo de extinción acabar con la brasa que se había originado sobre un montón de basura, sobre todo restos de podas y palmeras, que ocupaba una superficie aproximada de 8.000 metros cuadrados. Y los agentes preveían seguir acudiendo a la zona durante las horas siguientes si el Ayuntamiento de Agüimes no proporcionaba la maquinaria suficiente para poder remover la tierra quemada.

El primero de los avisos se produjo en torno a las 7.30 horas cuando una dotación de los bomberos del Consorcio acudió a la llamada de emergencia, que alertaba de grandes llamas sobre la ladera situada en el kilómetro 24 de la carretera GC-100. El Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 112 también alertó a la Policía Local de Agüimes y a la Guardia Civil.

Los bomberos pudieron reducir las llamas y sofocar el incendio después de utilizar unos 22.000 litros de agua y otros 125 litros de espumógeno. Asimismo, se refrigeró la zona con más líquido para evitar que se reactivara.

Sin embargo, durante la tarde volvieron a recibir una nueva alerta en la que se indicaba que se habían reavivado las llamas. En este servicio, los bomberos utilizaron otros 24.000 litros de agua para enfriar la zona, aun sabiendo que las brasas estaban activas debajo de toda la basura y que el incendio se volvería a regenerar. Por ello, alertaron tanto al Centro de Coordinación Operativa Insular (Cecopin) como al 112 de que si no se utilizaba maquinaria para tratar de remover la zona afectada, el fuego seguiría activo pese a que volvieron a sofocar las llamas.

Al mismo tiempo, los bomberos recibieron una alerta en la que se apuntaba que un hombre estaba en apuros junto al muelle de Arinaga. Para este servicio incluso se activó un helicóptero, aunque cuando se acercaron al bañista comprobaron que era una falsa alarma porque estaba pescando a bordo de un kayak y no necesitaba de atención alguna.

El último de los servicios se produjo sobre las diez de la noche cuando los bomberos del Consorcio fueron requeridos por tercera vez para ir a Las Crucitas. "Mientras no se meta una excavadora va a seguir humeando", apuntó uno de los componentes el cuerpo de extinción de incendio. Hasta ese servicio, ya se habían consumido 46.000 litros de agua y otros 125 de espumógeno sin conseguir extinguir por completo el incendio, que estaba perimetrado.