Un rifeño murió ayer en el hospital de Uxda, en el noreste de Marruecos, en circunstancias controvertidas al atribuirse su muerte a la inhalación de gas lacrimógeno durante una de las protestas en el Rif, mientras que las autoridades atribuyen su muerte a una dolencia asmática. Según varios medios locales, Haddad -que sufría de asma- fue ingresado primero en el hospital de Alhucemas por supuestamente haber inhalado gas lacrimógeno usado por la policía el 9 de agosto para dispersar las protestas desatadas tras el entierro de un activista rifeño. "No hay ningún dato que confirme o que niegue que el empeoramiento del estado de Haddad fue debido a los gases lacrimógenos. Solo una prueba médica lo puede probar", precisó el vicepresidente de la Asociación marroquí de Derechos Humanos, Abu Ali Benmezian.