¿Dónde está Diana? La primera vez que surgió esta pregunta habría que remontarse a un año atrás. Justo un día como hoy, el 22 de agosto de 2016, fue cuando su madre acudió a su habitación en el domicilio familiar de A Pobra pasadas las ocho de la mañana y ésta estaba vacía. "El paso del tiempo merma la confianza, pero Diana López-Pinel está esperanzada en poder encontrar a su hija", afirmaba el abogado de la progenitora cuando faltaban menos de 48 horas para que se cumpla el primer aniversario de su desaparición. Rianxo, Taragoña, Ribeira, fábricas abandonadas, fincas, zonas arboladas; un monovolumen, un hombre con "malas pintas"... son muchos los escenarios recorridos e hipótesis estudiadas con un único fin: descubrir el paradero de la joven madrileña, quien el pasado mes de abril habría cumplido 19 años. "Son días muy duros, cumplir el primer año de desaparición es una losa grandísima para su familia. No tener noticias ni respuestas es realmente duro", evidenciaba Joaquín Amils, presidente de SOS Desaparecidos, asociación implicada en la búsqueda de la joven.

Z Una investigación sin pausa

La Guardia Civil y la UCO no han tirado la toalla en el caso. Si bien se aferran al Iphone 6 de la joven hallado bajo el puente de Taragoña (punto en el que se pierde su señal), todavía son varios los efectivos que se desplazan al municipio do Barbanza para buscar in situ alguna pista o vestigio que no termine en punto muerto. Y es que esta falta de pruebas sólidas y sospechosos motivó el cierre provisional por parte del juez instructor del caso el pasado mes de abril. "Por el momento todo sigue igual. La memoria interna del teléfono no aportó mucha información pero estamos todavía en una primera fase de su análisis", explicaba la defensa de la madre de Diana.

Z Movimientos en coche

El recorrido realizado por el terminal vislumbra un marcaje en torno a la comarca de O Barbanza. Una antena de telefonía la sitúa (o al menos a su teléfono) recorriendo la autovía que separa A Pobra de Taragoña a gran velocidad, probablemente en un vehículo. ¿Un movimiento voluntario? No lo semeja al enviar horas previas un mensaje la joven advirtiendo a un amigo que se dirigía a su casa mientras le comentaba que un gitano la estaba "acojonando". Varios testigos apuntaron haber visto a Diana en el puerto de Rianxo bajarse de un vehículo. Otro municipio próximo a los citados Boiro, también fue escenario de las pesquisas de los agentes a cargo del caso, quienes investigaron a varios sospechosos. Los resultados continúan siendo una incógnita, si bien a tenor de la última resolución judicial su implicación en la desaparición sería nula al no "existir indicios de criminalidad frente a persona alguna".

Z Aferrados a su teléfono

Es la única prueba sólida que vincula a Diana con Taragoña y por lo tanto, su salida, voluntaria o no, de A Pobra. Su hallazgo inclinó la balanza a un posible rapto de la joven argumentando las convicciones familiares que señalaban que Diana no se había ido por su propio pie. Una empresa israelí recuperó toda la información del móvil si bien las esperanzas de hallar alguna prueba cayeron en saco roto, ya que, según trascendió, no se encontró nada que, por el momento, dirija la investigación a un punto.

Z Carpetazo judicial al caso

Sin duda, el mayor golpe para la familia desde el día de la desaparición de Diana. El magistrado del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Ribeira acordaba el cierre provisional del caso al entender que "si bien existen indicios de la desaparición no voluntaria de Diana Quer, pudiendo haber tenido lugar ilícitos graves frente a ella, no existen motivos suficientes para acusar a persona alguna como autor, cómplice o encubridor de los hechos". Con este auto también se procedía al levantamiento del secreto del sumario que pesaba sobre la causa. Al tratarse de un cierre provisional, la existencia de nuevas pruebas podría reabrir esta instrucción, sin embargo los datos hallados en la memoria interna del móvil no han motivado esta reapertura de la causa. Habrá que buscar un nuevo hilo del que tirar.