Autoridades policiales, institucionales, judiciales y políticas asistieron ayer a la capilla ardiente instalada en el cuartel valenciano de Zapadores con los restos mortales del subinspector Blas Gámez, asesinado durante una investigación de un crimen. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, fue al cuartel para dar su último adiós al agente y le impuesto la medalla al mérito policial a título póstumo. En la imagen, momento de llegada del féretro del policía al barrio de Russafa, momento en el que es aplaudido por familiares y amigos. Efe