Centenares de agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado despidieron ayer jueves en la Catedral de Valencia, en la misa exequial por su eterno descanso, al subinspector de Policía Nacional, Blas Gámez, de 51 años, casado y con dos hijos, que fue asesinado el pasado martes en acto de servicio en el barrio de Russafa. "El ejemplar compañero Blas Gámez fue un fiel servidor de la sociedad y de su seguridad", señaló en su homilía el cardenal Antonio Cañizares. El agente fue agredido con un cuchillo por el hombre que está implicado en el descuartizamiento de otro varón. El sospechoso fue abatido a tiros por otro policía. En la imagen, varios de los compañeros del subinspector llevan a hombros su féretro a la llegada a la catedral. Efe