La Policía Nacional desmanteló dos clubs de alterne que estaban instalados en El Calero, en el municipio de Telde. Uno de ellos ha estado de forma fija durante casi tres años en este barrio teldense, conocido como Mama Sonia, y el otro también se encontraba por un periodo en un piso de alquiler en la misma zona, como en otras poblaciones del mismo término municipal. Tras una investigación llevaba a cabo desde hacía cuatro meses, los agentes detuvieron a una mujer de 23 años, vecina de La Isleta, que era la responsable de los clubs y que cometió supuestamente los delitos de inducción a la prostitución y corrupción de menores.

La arrestada obligaba presuntamente a las mujeres a ejercer la prostitución en sus locales, aprovechándose de la situación de vulnerabilidad económica de estas. Una de ellas, menor de 17 años, era castigada si no cumplía los horarios laborales, como informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Canarias.

Una denuncia telefónica permitió a los policías tener conocimiento lo que estaba sucediendo en una casa de citas situada en la calle Pizarro, en El Calero, como en el otro que estuvo itinerante en distintos pisos de alquiler, según señalaron fuentes próximas al caso.

A pesar de los intentos de la responsable del club de que éste pasara desapercibido, los vecinos y trabajadores de la zona sabían que existía desde casi tres años por muchas circunstancias que eran difíciles de ocultar, como por ejemplo la llegada o salida de taxis a muy distintas horas en la calle Pizarro o la presencia de personas no habituales en el barrio, algunas ebrias, que buscaban diversión.

Entonces, los funcionarios comenzaron hace cuatro meses la investigación y descubrieron que la sospechosa obligaba ejercer prácticas sexuales no deseadas valiéndose de la precaria situación económica por la que se hallaban estas mujeres, e incluso que había una menor de 17 años.

Las víctimas eran de muy diversas procedencias, como de Rusia, Colombia, Venezuela y Senegal. "Incluso yo diría que había también una canaria, teldense, de San Gregorio, jovencita, que estaba muy bien puesta", señaló a este periódico un operario. "Tampoco puedo asegurar que fuera menor. Eso no lo sé", agregó.

Los investigadores, tras la autorización judicial, llevaron a cabo registros en los dos inmuebles, tras los cuales se intervinieron diversas sustancias estupefacientes, las cuales eran supuestamente distribuidas tanto entre clientes como entre las mujeres que trabajaban en las casas de alterne.

Finalmente, la vecina de La Isleta responsable de los clubs fue detenida y puesta a disposición judicial, la cual ordenó su puesta en libertad con cargos y a la espera de la celebración del juicio.

Esta operación policial fue llevada a cabo por agentes de la Unidad Contra Redes de Inmigración y Falsedades Documentales de Extranjería y Fronteras al gracias a la colaboración ciudadana, y dentro del Plan de la Policía Nacional contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual, puesto en marcha en 2013.

Ya conocido

Esta noticia fue motivo de sorpresa para algunos vecinos de El Calero, pero otros muchos sabían que "no era una vivienda normal".

"He oído que está en esa esquina. Yo no he ido. Tengo mi plato bien lavado, servicio y vestido. No me gusta comer de en esos platos donde come todo el mundo" indicó un vecino octogenario, que reiteró que "yo no he estado".

En cambio, un trabajador que frecuenta la zona afirmó que "se veía lo que era, a pesar de quisieran disimularlo. Ellas llegaban o se iban en taxi, con vestidos y escotes que lo dejaban muy claro".

Otro vecino manifestó que "el de la calle Pizarro era el fijo y el otro club estuvo en la calle principal [ la José Barrera Segura] como también lo pasaron a La Montañeta, como a Casas Nuevas".

Una residente de la misma calle Pizarro destacó que "antes parecía que era la calle comercial de Triana, con la entrada y salida de mucha gente, con jaleos y voces. Hasta hace poco ya es muy tranquilo. Y era eso, la entrada y salida de personas".