"No la palmamos de milagro porque no nos dieron instrucciones de seguridad ni protegieron las ventanas de las habitaciones y las palmeras volaban por el aire durante el huracán María, un disparate asombroso", denuncian tres turistas canarios en el Hotel Occidental Punta Cana (República Dominicana).

Luis Manuel González, Guillermo Pérez y Fernando Pardo se sienten "abandonados por el turoperador y la agencia de viajes", además de la cadena Barceló y de las autoridades españolas. "Han llamado todas las embajadas menos la española, hasta contactaron desde la italiana y no había ningún compatriota, evacuaron a los canadienses y a otras comunidades", lamentan los isleños.

Uno de los tres turistas canarios, médico de profesión, atiende a otros clientes del establecimiento por ataques de ansiedad o gastroenteritis. "Llevamos aquí tres días sin agua corriente, sin poder lavarnos o ducharnos y utilizando baños sucios, un desastre, lo están gestionando mal", sentencian tras el paso del huracán María por la costa este y noreste del país, donde 73 localidades permanecen incomunicadas.

Más de 3.222 dominicanos continúan en albergues oficiales y 8.237 en casas de parientes o amigos, debido a que el fenómeno destruyó 128 viviendas, afectó 766 y mantiene 3.921 anegadas, según un informe publicado ayer por el Centro de Operaciones de Emergencias. Mientras, Puerto Rico espera que la llegada de la ayuda exterior desde Estados Unidos contribuya a mejorar la situación en la isla después de que el huracán de categoría 5 devastara completamente, de sur a norte, su territorio.