María Mercedes Rodríguez, hermana de Vicente Rodríguez, el padre de cuatro hijos arrollado mortalmente en la madrugada del 17 de octubre de 2016 cuando practicaba ciclismo, sólo tiene palabras de agradecimiento para los guardias civiles que esclarecieron el atropello mortal. "Póngalo bien claro, su trabajo fue magnífico e impecable. No hubo momento del día o de la noche en que no se preocupasen por nosotros".

Esta alabanza no es para menos, ya que apenas habían transcurrido cuatro horas cuando el presunto autor, un varón de 32 años, identificado como A. H. P., se encontraba sentado en las dependencias del Equipo de Atestados de la Guardia Civil de Tráfico, en San Benito, La Laguna. Los agentes implicados en su resolución, el sargento primero Fidel Campos y el agente Juan Carlos Moreno, recuerdan con nitidez este caso.

"Sobre las 04:00 horas recibimos una llamada de la Central Operativa de Tráfico (COTA) en la que nos comunicaban que en la autopista TF-5, a la altura del punto kilométrico 22,830 sentido El Tanque, municipio de El Sauzal, se había producido el atropello de un ciclista, el cual estaba siendo atendido por los sanitarios del Servicio de Urgencias Canario (SUC)", contó Juan Carlos Moreno, quién añadió: "Lo primero que hicimos fue realizar una inspección ocular del terreno y encontramos restos del piloto de un intermitente de plástico. Unos metros más adelante había una patrulla del Instituto Armado del puesto de La Victoria de Acentejo realizando un control los cuales nos manifiestan que un rato antes habían visto como un camión reducía la velocidad hasta casi detenerse a su altura, accediendo al enlace de salida de La Matanza, donde continúa la marcha en sentido hacia La Orotava y que les dio tiempo de observar un logotipo de una granja avícola. Ante ello, regresamos a la base y tiramos de internet y buscamos empresas de transporte de aves y nos apareció una de ellas en El Ortigal".

Los guardias civiles se dirigieron al lugar y se entrevistaron con uno de los responsables, el cual les manifestó que sobre las 06:30 horas llegaba un camión de reparto.

"Efectivamente, a esa hora aparecía el camión, que presentaba desperfectos en el intermitente delantero derecho. Su conductor al vernos exclamó ¿qué pasó, qué pasó? Entonces, nos dirigimos hacia el vehículo y recompusimos el intermitente con las piezas que obraban en nuestro poder y coincidían completamente. A. H. P. primeramente dijo que había oído un golpe con unas ramas, pero cuando le mostramos las pruebas y que iba a ser imputado por los supuestos delitos de omisión del deber de socorro y homicidio por imprudencia grave, y debía venir acompañado de abogado, su declaración cambió. Nosotros creemos que un conductor profesional y utilizando el sentido de la lógica, se hubiera detenido en el enlace de salida de La Matanza y, aun percatándose de la presencia de la patrulla policial, se hubiese detenido aunque no existiese un sitio habilitado para ello (existe una parada de guaguas amplia) e informado a la patrulla de la Guardia Civil del incidente para poder ser auxiliado por la misma. Sin embargo, el conductor optó por ausentarse del lugar, no informar a su empresa de los supuestos daños en el vehículo, ni en el mismo lugar ni al llegar a recoger la carga".

Moreno García contó que son muchos más los que se ausentan del lugar del accidente, que los que se detienen para prestar auxilio a la víctima. Como causas fundamentales están el conducir bajo los influjos de bebidas alcohólicas, de las drogas o de ambos a la vez, el carecer del seguro obligatorio o el no haber pasado la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).

Sin embargo, en este atropello con posterior fallecimiento de la víctima, la profesionalidad acompañó a la Guardia Civil de Tráfico en su posterior resolución. El responsable de estos hechos se enfrenta a una pena de entre 6 a 18 meses por la supuesta omisión del deber de socorro y de uno a 6 años de privación de carné de conducir por homicidio. De momento, tiene retirado el profesional. Mientras, cuatro hijos, tres chicas y un varón se crían sin la presencia de su padre.