Valencia vivió hace 60 años una riada que dejó 81 muertos y miles de damnificados a causa de un fenómeno meteorológico que, según la Agencia Estatal de Meteorología, puede sufrir el Turia cada 30 años mientras el Ayuntamiento alerta sobre el efecto del cambio climático.

La transformación urbana posterior a las avenidas de aquellos 13 y 14 de octubre de 1957 es un hito que no solo modificó el curso fluvial a su entrada a Valencia y creó en su antiguo cauce un pulmón verde kilométrico y lleno de deporte, ocio, cultura y ciencia, sino que alertó a las autoridades de los riesgos de la mala planificación urbana y de las consecuencias de una "gota fría" en el Mediterráneo. El alcalde, Joan Ribó, señala que los planes anuales del Ayuntamiento requieren de una "estrategia global".