La Policía Nacional procedió la pasada semana a detener a un ciudadano marroquí, de 32 años e identificado con las iniciales A. H., como presunto autor de un crimen ocurrido hace diez años en Maspalomas. El arrestado ya fue puesto a disposición del juez, que decidió enviarlo a la prisión acusado de un delito de homicidio, según indicaron fuentes cercanas a la investigación.

Los hechos se remontan a 2007 cuando, según estas fuentes, se produjo el delito. Una década después, los agentes han conseguido esclarecerlo. De la investigación, que es llevada con hermetismo desde la Jefatura Superior de Policía de Canarias, apenas se han conocido más datos. El juzgado de guardia de San Bartolomé de Tirajana, una vez recibidas las diligencias y tras tomar declaración al arrestado, decidió enviarlo a la cárcel ante la evidencia de los hechos.

Fuentes del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana acogieron ayer con sorpresa el conocimiento de esta detención y aseguraron desconocer el caso por el que está relacionado. En aquel año, el sur de Gran Canaria vivió al menos un crimen en sus calles. Ocurrió en la madrugada del sábado, 2 de junio de 2007, cuando un turista alemán de 44 años e identificado como Karl Heinz Thonningen, murió apuñalado en la calle Timple de Playa del Inglés, donde fue sorprendido por una persona que lo acuchilló a la altura del corazón. La muerte fue instantánea.

La investigación llevada a cabo por la Policía Nacional dio resultado en apenas 36 horas, cuando se procedió a la detención de un médico escocés, que respondía al nombre de Colin Brown y de 39 años de edad, como presunto autor del crimen. Los encargados del caso relacionaron entonces el homicidio con un fuerte arrebato pasional ya que ambos se habían conocido en un local de ambiente y el apresado averiguó posteriormente que la víctima tenía novio.

Brown, en su declaración, negó conocer al fallecido. Pese a ello, fue enviado a prisión provisional como principal sospechoso del crimen. El juez, meses después, ordenó su puesta en libertad con la obligatoriedad de no abandonar el país, según informaron los medios escoceses.

Cuatro años después del crimen, Colin Brown volvió a aparecer en los medios británicos aunque en esta ocasión se informaba de que, tras su liberación como sospechoso del crimen, trataba de recobrar su vida en Edimburgo.