"Víctor se quedó para siempre en el lugar que más amaba: el Teide". Esta frase se repitió ayer entre los deportistas que más conocieron a Víctor Martín Teni durante su funeral celebrado en el cementerio de Santa Lastenia. El Parque Nacional era un lugar tan especial para él que algunos de sus mejores amigos subieron el martes para recordarlo y homenajearlo. Fue una idea espontánea que planteó la también atleta y gran amiga Diana de la Rosa. "Quería organizar algo y pensé: ¿Qué habría hecho Víctor en una situación así, una persona a la que no le gustaban las parafernalias? Seguramente habría planteado ir al Teide para celebrar los años de amistad, las anécdotas, las enseñanzas... Entonces avisé al grupo de amigos y nos fuimos para arriba a hacer precisamente eso".

Y para allá fueron, junto a Diana, los mejores amigos de Víctor Teni, aquellos con los que compartió viajes, proyectos, aventuras, carreras y sueños: Isidro Casanova, Lucía Funes, Fernando Rapa, Kenty Siverio y Toni Lemus. Faltó David González, que no pudo por razones de causa mayor, pero fue como si estuviera. Aunque, sobre todo, quien estuvo allí con todos ellos fue Víctor. "Hablamos de lo positivo que era, de la cantidad de proyectos que se le ocurrían y en los que nos involucraba, de todo lo que quería este paraje extraordinario que es el Teide, de su carácter intrépido y aventurero... De que lo queríamos, de lo dispuestos que estuvimos siempre de compartir experiencias con él... Era de esas personas que jamás se olvidan", contó ayer Diana de la Rosa.

El destino quiso que Víctor Teni perdiera la vida en el volcán aquel 1 de enero de 2014 en que, por enésima vez, había subido para entrenarse, para meditar y para disfrutar de esa naturaleza volcánica que tanto le llenaba. Isidro Casanova recordó que una de las últimas cosas que escribió Teni en su perfil de Facebook fue que se iba al Teide a correr para empezar aquel año 2014. "Nadie lo pudo acompañar pero la inmensa mayoría de las veces siempre fue acompañado", señaló este deportista que tantas veces compitió con él y que es gerente de la empresa Gesport Canarias, organizadora de actividades deportivas.

Humilde y muy querido

"Víctor fue uno de los pioneros del triatlón", explica Isidro Casanova, para matizar: "Tenía una gran capacidad, muy superior a la media. Le encantaba ir al Ironman de Lanzarote, logró alcanzar su sueño de clasificarse y competir en el de Hawai y tomó parte en tantísimas otras carreras que entrañaban una gran dureza. Había que entrenar mucho y tener fuerza para alcanzar las marcas que consiguió". Isidro lo define como una persona "metódica", "reservada", "muy humilde" y "muy querida en el mundo del deporte". "Tenía una actitud que me encantaba: siempre estaba abierto a aprender", resaltó.

Víctor Martín Teni tenía 40 años cuando desapareció el primero de año de 2014. Era quiromasajista, formador de jóvenes deportistas e impulsor de actividades y pruebas como el triatlón de Santa Cruz y el campus del Teide, en el que se hacían entrenamientos, pruebas y charlas. Le encantaba el yoga y la meditación. De hecho, viajó a Nepal, aparte de a otras muchas regiones para competir como Hawai, Alemania o el desierto del Sahara, donde participó en un maratón de extrema dureza. Su apellido materno, Teni, es finlandés. De hecho, su madre vino a la Isla procedente del país nórdico.

El montañero Pedro Millán, gerente de la Fundación Santa Cruz Sostenible, también estuvo ayer en el funeral. "Lo vi muchas veces en el Teide. Iba mucho más rápido que nosotros, que solo caminamos. Me sorprendía su capacidad para correr de esa manera en medio de la naturaleza. Era un máquina", contó. Pero Millán también destacó que era "muy buena gente". "Detrás de esa timidez que le caracterizaba se escondía una persona muy vital, muy humilde, con una curiosidad insaciable".

La eterna búsqueda

"Era de esas personas que no se meten en polémicas, abierto a ayudar a todo el mundo, que se apuntaba a casi todo lo que le proponían. Por todo eso la gente le cogía tanto aprecio y por eso lo estuvimos buscando tanto tiempo". Y es que Pedro Millán contó que aunque el amplio operativo oficial de búsqueda se suspendió a las dos semanas sin encontrar nada, muchos familiares, atletas y montañeros como él siguieron buscándolo. "Seguimos yendo los fines de semana pero no hubo fortuna. No lo logramos".

Millán asegura que basaron la búsqueda en las opciones más probables, partiendo de la base de que fue visto por última vez aquel 1 de enero de 2014 a eso de las 17:00 horas de camino a Pico Viejo. "Incluso miramos por los conocidos como Corredores del Teide, en la cara norte del volcán, que es por donde cayó, pero no encontramos nada", se lamentó el montañero.

Pero el lugar en el que fue encontrado el pasado viernes por un cazador era muy inaccesible. Está completamente fuera del circuito oficial de senderos del Teide, por encima de Pico Cabras, a poco más de 2.900 metros de altitud. El cuerpo de Víctor Teni había quedado oculto por una gran piedra, en medio de una colada volcánica. Debió caer ladera abajo unos 500 metros desde una zona cercana a la cima del volcán, a unos 3.500 metros de altitud.

Feliz con el deporte

La atleta realejera Teresa Linares, amiga de Teni y esposa de uno de sus mejores amigos, Kenty Siverio, destaca de él, por encima de todo, "la forma en que disfrutaba el deporte". "Es que lo veías entrenarse y competir y se notaba que era inmensamente feliz", precisa Linares, para quien Teni fue "un ejemplo para mucha gente". "Era un tipo espléndido, encantador, amable, con un gran corazón. No ponía pegas a nada y se apuntaba a todo". Lo asegura mientras los aplausos espontáneos de familiares y amigos acompañan al féretro en el tanatorio de Santa Lastenia.

Para Víctor Teni no existían utopías. De hecho, Diana de la Rosa recuerda que la frase que más repetía Víctor Teni era: "Imposible solo tarda más". "También hablaba mucho del binomio deporte y diversión. Y es que a Víctor le encantaba entrenarse y competir pero, también, los momentos posteriores, en los que nos reuníamos para echarnos unas cervezas, hablar de todo un poco y bromear". De ahí también el emotivo encuentro del martes en el Teide. "Eso era muy de Víctor", añade Isidro Casanova, corroborando las sensaciones de Diana.

Familiares y allegados le dieron ayer el último adiós en un emotivo funeral en el que sonó un violín y se oyeron los aplausos. Pero para Diana de la Rosa no fue un adiós. Para ella nunca habrá una despedida definitiva. "Víctor Teni estará siempre con todos nosotros, con sus frases, sus enseñanzas -porque nos dejó a todos tantas enseñanzas...-, su entusiasmo, su carácter emprendedor, sus ganas permanentes de aprender, sus sueños, su capacidad para escuchar a los demás... Siempre estará ahí, ayudándonos. Porque es de esas personas que jamás se olvidan, que jamás se van".