La mujer de 82 años de edad de la localidad pontevedresa de Covelo brutalmente atacada por dos perros, al parecer cruces de las razas bóxer y dogo de Burdeus, permanecía al cierre de esta edición en estado de extrema gravedad, debatiéndose entre la vida y la muerte, en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. Entre otras severas lesiones, a María Dolores Álvarez han tenido que amputarle las dos piernas por debajo de las rodillas. La octogenaria fue víctima de estos animales, que pertenecen a un vecino, el sábado al salir de misa. Además de atacarla a mordiscos, la arrastraron más de 30 metros por un camino. Ahora, el caso es objeto de investigación por parte de la Guardia Civil y el Juzgado de Instrucción 2 de Ponteareas, en funciones de guardia. Las primeras pesquisas arrojaron que los canes carecen de microchip y están "totalmente indocumentados". Además, fuentes municipales confirmaron que no fueron inscritos en el libro de registro de animales potencialmente peligrosos del Concello. Aunque inicialmente los perros quedaron en depósito del propio dueño, por parte del Instituto Armado al parecer iban a iniciarse los trámites para retirar los animales de la vivienda.

Ocurrió pasadas las ocho de la tarde del sábado en el barrio de As Barreiras, en la parroquia de Santa Mariña. María Dolores, a la que en la zona conocen como Lola, acababa de salir de misa. Caminaba desde la iglesia cuesta arriba cuando los canes, que estaban sueltos, la sorprendieron. Al parecer la anciana intento huir subiendo un murete que da una finca de su propiedad, pero los animales lograron tirarla al suelo y la arrastraron unos 30 metros, y ya en el portal número 7, en frente de la casa de los propietarios, le mordieron en repetidas ocasiones arrancando a dentelladas carne de las dos piernas.

Fue Concha Martinez, una hija la víctima, quien encontró a su madre. "Salí a buscarla con el coche porque no me respondía al teléfono y fue espantoso", explicaba ayer. Cuando circulaba con su turismo por el camino vio un zapato "y más adelante un bulto en el suelo y los perros atacando". Más cerca vio que era su progenitora y, cuando abrió la puerta del vehículo, la mujer, pese a la gravedad de las heridas, aún pudo decirle: "No salgas del coche que te comen a ti también".Sueltos por el camino

De los dos perros, el más grande era el que más atacaba y arrancaba a dentelladas la carne de la octogenaria, que tenía separado también el cuero cabelludo. Concha, su hija, pidió auxilio y sacó del maletero un paraguas para intentar salvar a su madre. Pronto llegó su cuñado y los perros terminaron volviendo a su casa. El propietario de los animales no estaba dentro de la vivienda y un familiar de éste dijo que se habían escapado, soltándose de sus cadenas. Al parecer los animales saltaron un muro de piedra que separa la zona donde residen de una finca limítrofe abierta, que da directamente al camino de As Barreiras, donde tiene la vivienda la mujer atacada. Otro hijo de la víctima lamentaba que le "tocó" a su madre, pero que le pudo haber pasado a cualquier otro vecino.

Viuda y con seis hijos, los médicos informaron ayer a la familia de la octogenaria que la situación era de "extrema gravedad", ya que había perdido mucha sangre, tuvieron que amputarle las dos piernas por debajo de las rodillas, recomponer su cuero cabelludo, además de otras lesiones internas y complicaciones por la diabetes que sufre. La víctima permanecía sedada y entubada.

El alcalde de Covelo, Pablo Castillo, se mostraba ayer afectado, ya que conoce a la mujer y a toda su familia. "Es una situación muy triste, dolorosa y de rabia", valoró el regidor, que contó que aún había estado con la mujer herida hacía una semana con motivo de retirar un nido de avispa velutina en la casa de una vecina. La mujer, según los residentes de la zona, vivía sola y se "defendía perfectamente". "Es terrible que a la vuelta de misa te encuentres al diablo en la puerta; este tipo de animales, si se descontrolan, son unas bombas", concluyó el alcalde.