A un pequeño de 10 años de Estados Unidos le espera algo más que un simple castigo doméstico, después de coger el coche de su madre y escapar de la policía. Ahora se enfrenta a cargos por, no solo conducir siendo menor, sino escapar de los agentes y hacerlo a 160 km/h.

El chico esperaba dentro del coche a su hermana y a su madre para ir al colegio cuando, aprovechando que se encontraba solo, se colocó en el volante. Cuando su madre se dirigía hacia el coche, se percató de que su hijo se lo había llevado. Inmediatamente subió en otro de sus coches y llamó a la Policía. Un coche patrulla se unió a la persecución que duró casi una hora.

El menor se detuvo tras sufrir un pequeño accidente, del que afortunadamente salió ileso. A la espera de juicio, podría ser condenado con pasar un tiempo en un centro para menores.