La Patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Santa María de Guía recuperó en Sardina del Norte a un perro de raza podenco canario que se había perdido mientras cazaba en el municipio de Telde. El animal presentaba muy evidente de delgadez extrema (caquexia)

El servicio se llevó a cabo el pasado día 2 de noviembre cuando un ciudadano dio aviso de la presencia de un animal supuestamente abandonado. Mientras el alertante le facilitaba al animal comida y agua, los agentes procedieron a pasarle el lector de microchip oficial a fin de averiguar si el animal poseía propietario conocido.

Tras comprobar que el perro poseía dueño los agentes se pusieron en contacto con la veterinaria del citado ayuntamiento de Gáldar, que procedió al examen in situ del can, haciéndose cargo del mismo para su posterior traslado al centro municipal de recogida de animales, según ha informado la Comandancia de la Guardia Civil de Las Palmas en un comunicado.

Consultada la base de datos referida, (Registro canario de identificación animal), se pudo observar que el podenco estaba denunciado como perdido por su propietario desde el pasado 21 de septiembre, obteniendo los datos de contacto del dueño. El dueño informó a la Guardia Civil de que lo perdió cazando en el municipio de Telde y que lo estuvo buscando varios días, presentando después la denuncia descrita por extravío.

El artículo 11.1 de la Ley 8/1991, de 30 de abril, de protección de animales en Canarias, y desarrollada posteriormente por el Decreto 117/1995, en su artículo 41, indica la obligatoriedad de identificar mediante microchip a los perros a partir de los tres meses de edad desde su nacimiento o un mes de desde su adquisición, acarreando sanciones administrativas la no realización de la identificación descrita.

A su vez es importante poner en conocimiento del veterinario correspondiente la pérdida del animal para que se proceda a dar de alta dicho extravío en la base de datos ZOOCAN, facilitando así las labores de localización del propietario legítimo; ya que no denunciarlo puede dar lugar a que los agentes puedan interpretar el extravío como un abandono.