Juan C. B., de 50 años y residente en Vecindario, quemaba unas cañas en el barrio teldense de Cazadores, a escasos 20 metros de la casa de sus padres, cuando sucedió lo peor. Las llamas se descontrolaron y comenzaron a avanzar por la ladera sobre varias viviendas que quedaban a merced del avance del incendio. La rápida intervención de los vecinos, que atacaron el fuego con baldes, palos y ramas, y de los equipos de extinción evitó que el fuego se dirigiera hacia este pueblo de las medianías, y se movió en dirección sur, adonde le llevaba el viento, hasta quemar, finalmente, unas tres hectáreas de escobones, almendros y monte bajo. El propio Juan C. B. reconoció ser el causante del incidente, que movilizó a un gran número de efectivos.

El incendio se desencadenó sobre las 12.20 horas, cuando en este barrio teldense el termómetro marcaba una temperatura de unos 27 grados. Momentos antes, un vecino alertó a Juan C. B. de que no se podía hacer fuego y le preguntaba que si tenía permiso para prender los restos agrícolas. Fue en cuestión de minutos que la quema se descontroló. Las llamas empezaron a caminar, avivadas por el estado seco de los montes por falta de lluvias y por algunas rachas de viento. Los vecinos, ante la amenaza, comenzaron a movilizarse para evitar que varias viviendas situadas en la ladera resultaran afectadas. Así, más de una treintena de personas se organizaron en un primer momento con baldes, mangueras, palos y ramas con el único objetivo de evitar que el fuego caminara hacia el pago.

Miguel Suárez, quien fuera jefe de Medio Ambiente en esta comarca, resaltaba como positivo la movilización vecinal para evitar males mayores. Sobre el fuego, Suárez destacó que el viento lo llevó hacia el sur, quedándose perimetrado entre Corralete y Fuente Bermejo. Asimismo, aseguró que la gran presencia de pastos y retamas avivó aún más las llamas, pero que la rápida actuación de los equipos de emergencia hizo que no fuera a más.

Y es que hasta Cazadores se desplazaron más de una treintena efectivos ante la virulencia que había cogido el incendio en un principio. En el lugar se personaron miembros de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, bomberos del Consorcio de Gran Canaria de los parques de Telde y San Mateo, dotaciones de Protección Civil de Telde, Teror y Valsequillo, Policía Local de Telde, Policía Nacional y dos helicópteros, uno de ellos de la consejería de Medio Ambiente de la institución insular y el otro del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) del Gobierno de Canarias.

Los encargados de la extinción afrontaron el fuego por el flanco sur, donde tenía mayor fuerza. Así, en cuestión de hora y media consiguieron controlar las llamas con la ayuda de la práctica ausencia de viento, que poco después soplaba sólo con algunas rachas puntuales. A medida que el incendio estaba ya prácticamente extinguido, los encargados de la investigación del mismo empezaron a recabar indicios sobre el origen.

Según relataron fuentes insulares y vecinales, el propio Juan C. B. reconoció desde un primer momento que había sido el causante del incendio. Éste se encontraba quemando unas cañas cuando el fuego se descontroló y comenzó a avanzar monte arriba. Los propios vecinos y familiares señalaban que esta persona padece de problemas mentales y con el alcohol. Y es que poco después de ocurrir el suceso, bajó hasta el bar del barrio mientras los efectivos aún estaban en la zona tratando de controlar el incendio.

Durante la tarde, varias dotaciones permanecieron en la zona afectada para así enfriar el suelo. Asimismo, al cierre de esta edición, dos equipos presas de Medio Ambiente continuaban en las inmediaciones de Cazadores como retenes de vigilancia para evitar que se pudieran reavivar las llamas a la espera de que el incendio sea declarado como extinguido.