La Policía ha detenido en el sur de Gran Canaria a un comerciante al que se acusa de haber provocado un fraude de 217.000 euros a la Seguridad Social dando de alta en su negocio a falsos trabajadores, para que de esta manera regularizaran sus permisos de residencia en España o para que pudieran cobrar el paro.

El detenido es un ciudadano marroquí que regenta una pequeña tienda de ropa de 54 metros cuadrados en un centro comercial del sur de Gran Canaria, en el que llegó a haber hasta once trabajadores dados de alta al mismo tiempo, a pesar de su "escasa clientela", asegura la Jefatura Superior de Policía en un comunicado.

Este comerciante está acusado de haber realizado 33 altas fraudulentas de trabajadores a lo largo de seis años. La Policía subraya que las cuotas correspondientes a todos ellos nunca fueron pagadas a la Seguridad Social, lo que generó una deuda ante el organismo público superior a 151.000 euros. "Gran parte de los citados empleados jamás llegó a desempeñar función alguna en el comercio, simulando por tanto una relación laboral para obtener beneficios en materia de extranjería o el cobro de prestaciones sociales, que llegaron a percibir un total de 37.000 euros en tales conceptos", añade la nota.

Una vez aclarados los hechos, los agentes arrestaron a otros cinco ciudadanos marroquíes, de entre 30 y 51 años, como presuntos autores de delitos de falsedad documental y contra la Seguridad Social.