La Guardia Civil, la Agencia Tributaria y el Gobierno canario han desarticulado una red que introducía de contrabando en las islas tinta para tatuajes que no contaba con la debida autorización sanitaria y que era utilizada en la mayoría de los casos sin informar al cliente sobre su origen.

Según han informado las tres administraciones en un comunicado, la operación que ha permitido descubrir la actividad de este grupo, denominada "Eternal ink", comenzó en enero, cuando los agentes que prestan servicio en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria identificaron a un pasajero que iba tomar un ferry a Fuerteventura. A esta persona le fueron requisados 16 botes de tinta para tatuajes que no figuraban en el listado oficial de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, por lo que fue detenido por un delito contra la salud pública.

La Guardia Civil decidió investigar el origen y los destinatarios de esa tinta para tatuajes, con el asesoramiento técnico de los inspectores de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno canario y del Servicio de Vigilancia Aduanera.

Gracias a esas indagaciones, se pudo constatar donde se había adquirido, por lo que se registró un negocio de tatuajes de Las Palmas de Gran Canaria regentado por un hombre al que se considera sospechoso de ser el principal distribuidor esa tinta en las islas.

En ese primer registro, los agentes requisaron en una estancia oculta más de 1.000 envases de tintas sin autorización sanitaria, por lo que se procedió a la detención de tres personas (el propietario del local, su socia y una supuesta empleada), como presuntos autores de un delito contra la salud pública.

En los demás establecimientos registrados por los agentes se hallaron botes de tinta sin visado sanitario, así como otros envases no autorizados, que siempre estaban ocultos para que los descubrieran posibles inspecciones, resalta el comunicado de prensa.

Los investigadores pudieron comprobar que solo un establecimiento informaba a sus clientes que empleaba tintas no autorizadas, haciéndolo constar en la hoja de consentimientos de cada cliente, aunque su uso estuviese prohibido.

En Gran Canaria, se han practicado ocho registros, con diez personas investigadas y 629 botes de tinta intervenidos; en Tenerife, doce registros, con 14 personas investigadas y 850 envases incautados; en Fuerteventura, ocho registros, con "varios" investigados y 290 botes requisados; y en Lanzarote, con siete registros, ocho investigados y 400 envases retirados.

Además del delito contra la salud pública, la operación se centra en un posible caso de contrabando, ya que esa tinta llegaba a Canarias en paquetes con documentación falseada.

"Tanto los exportadores como los importadores (varios de los locales inspeccionados), introducían en el mercado los botes de tinta no autorizados, obteniendo un beneficio económico ilegal de ello, el cual era invertido en otros tipos de negocios y que continua siendo analizado al objeto de determinar que irregularidades se han podido cometer", añade el comunicado.

La Guardia Civil y el Gobierno de Canarias subrayan que es obligatorio someter a las tintas de tatuaje a control sanitario para asegurarse de que no resultan tóxicas para el cliente. La operación ha sido supervisada el Juzgado de Instrucción número 8 de Las Palmas de Gran Canaria.