La Federación de Asociaciones Africanas en Canarias alertó ayer del aumento de las llegadas de inmigrantes a las Islas, que considera un síntoma del desvío hacia el Atlántico de quienes buscan salir del continente y ven cada vez más difícil hacerlo por el Mediterráneo. "Estamos viendo cómo vuelven a llegar cayucos con 60, 80 y hasta 100 personas", en una estampa que "recuerda al año 2006", afirmó el secretario general de esta organización, Teodoro Bondyale, que sostuvo que ese hecho demuestra que la ruta de entrada a Europa por el Archipiélago está volviendo a activarse, en contra de lo que dicen las autoridades locales.

Su discurso de "decir que no hay un repunte de la inmigración supone negar la evidencia", sentenció Bondyale, que opinó incluso que "en Canarias hay que estar preparados" para un futuro incremento del flujo irregular de africanos en embarcaciones precarias que, a su entender, podría alcanzar las significativas dimensiones que tuvo en otras épocas. E insistió en que prueba de ello es que, tras varios años en los que solo han estado arribando al archipiélago de forma esporádica pequeñas barcas con grupos de pocas decenas de personas e incluso menos, en algunas ocasiones, el pasado jueves registró la entrada de un cayuco con 103 inmigrantes a bordo y unas semanas antes, el 17 de octubre, la de otro en el que viajaban 95.

Bondyale atribuyó estas llegadas a la circunstancia de que "los traficantes de personas están optando por recurrir a otras rutas porque se está cerrando la más usada en los últimos tiempos, que era la ruta del Mediterráneo".

Una zona esta donde dijo que se conjugan varios factores que conducen a buscar otras vías para tratar de escapar desde África hacia Europa, como el aumento del control de las aguas y las fronteras por parte de los países de destino, pero también "el maltrato" del cual es objeto la población negra, especialmente, en territorios por los que deben pasar, como en el caso de Libia.

El secretario general de la organización aseguró que este territorio se ha convertido en el escenario de "un drama inaceptable, el retorno a las prácticas esclavistas propias de otros siglos", que la Federación de Asociaciones Africanas en Canarias "quiere denunciar, dando voz a las víctimas sin voz que lo están sufriendo", subrayó su representante.

Intervención internacional

Teodoro Bondyale destacó el propósito de su federación de "protestar y hacer un llamamiento a la intervención de la Unión Africana, las Naciones Unidas y las organizaciones internacionales de defensa de los Derechos Humanos" ante una situación frente a la cual considera que las instituciones y los medios de comunicación europeos "están manteniendo un silencio cómplice". Al tiempo que reiteró su demanda de actuar en auxilio de quienes son víctimas de lo que ocurre en Libia, recalcó que los africanos afincados en Canarias creen necesario instar a los poderes públicos a tomar medidas para afrontar el aumento que auguran.

Sobre todo, según criticó, por el trato inadecuado que entienden que se da a los que son retenidos una vez en tierra, que -ha dicho- son "encerrados en condiciones infrahumanas en centros de internamiento como el de Barranco Seco de Gran Canaria, donde viven al lado de una perrera de la Policía y soportando el olor nauseabundo de un depósito de aguas residuales vecino". La situación es aún peor en otros lugares del país en los que las autoridades "se saltan a la torera la Ley de Extranjería, como Málaga, donde se está encerrando a los inmigrantes recién llegados a España en una prisión que ni siquiera estaba inaugurada todavía", dijo.